Donde estaré, cuando ya no esté quebrada, cuando cese este silencio que me degrada.
A donde iré cuando ya no pueda caminar, cuando estos pies dejen de guiarme en dirección contraria.
A donde volveré, si las huellas del camino me conducen al eterno retorno.
A donde caeré, si el abismo que habita en mi interior ya no tiene fondo.
A donde huiré, cuando estás piernas cansadas de andar dejen de seguirme.
Donde moriré, si ya la vida me abraza desde el alma para herirme.
Muy buen texto Cuervoblanco, siempre llenos de esa melancolia amorosa.
Saludos cordiales.