Estoy preparada para este viaje, aunque lo he temido, como tantos hombres han temido y temerán.
Lo he esperado tanto, que su espera me impacientaba cada vez más con los años.
Tenía miedo de enfrentarme a tu cometido, pero tenia más anhelo por la tierra Yerma a la que soy conducida.
No, no pido perdón, ¿para que?, si no me van a perdonar, y si lo hacen es porque ya no les importo.
No temo tanto a la muerte como he temido a la vida, Caronte.
No me siento preparada, si es que a caso se puede estar preparada para la nada y el vacío.
Pero es cierto que mi alma siempre ha sido ese abismo tétrico y nulo de existencia.
Pero ansío ese vacío de ideas y de razón, ese vacío de emociones, es decir poder erradicar las emociones más primitivas del hombre.
Anhelo esa noche continua como Baudelaire, ese licor amargo y seductor que me anestesie de esta vida trágica y vacía.
De mi piel cuarteada y de mi humanidad inmunda.
De este cielo y de este infierno al que fui empujada sin ni siquiera poder oponer resistencia.
