Ámame,
deja que tus alas de ángel
rocen mi pecado,
quiero sentirlas
bajo las sábanas de nuestra historia.
Deja que el éxtasis aflore en tus entrañas
mientras hurgas perdido en mi vientre
de mariposa herida.
Ámame en la profundidad de mi geografía,
entrégate a los placeres de la muerte
que están escondidos entre mis piernas.
Déjalo todo y sigue el compás de esta cumbia
que bailaré para ti,
si te arrojas al abismo que he labrado para los dos.
Déjame cortarte las alas una a una,
mientras te cuento al oído las fantasías que habitan
en esta eternidad...
Que has ganado por mí.
Ámame.