En mi cama al llegar,
encontré a alguien durmiendo,
¿será un ángel? pregunté,
a mi mente sonriendo.
Luego te vi voltear,
y lo negué con certeza,
No creo que el cielo cuente,
con semajante belleza,
Me sente a un lado de la cama,
a velar tu lindo sueño,
agradeciendo la dicha,
de hoy poder ser tu dueño.
Me acerque, aparte las sábanas,
te abracé junto a mi pecho,
y acoplamos nuestros cuerpos,
hasta quedar satisfecho.
Con un beso me despiertas,
despues de un sueño profundo,
mostrándome porque soy
el hombre más feliz del mundo.