Sabía..., que el final algún día llegaría,
determinado por la llegada de un evento,
que pasado justo su momento,
sus caminos se separarían.

Temía..., llegar a ese punto enamorado,
pues era su amiga querida,
que aún de amor estaba herida,
y aún no había sanado.

Dolía..., dejar atrás tantos abrazos,
besos nacidos del desvelo,
recuerdos de acariciar su pelo,
y tener su cuerpo entre sus brazos.

Rió..., casi incrédulo ese día,
al ver que como en un cuento,
una reunión de ex fue aquel encuentro,
que su compañía se repartían.

Sintió..., que fuera de lugar estaba,
al ver tantos amores pasados,
aquel día aún a su lado,
y ver las miradas cruzadas.

Dudó..., con gran tristeza y dolor,
si al final ella lo usaba,
o por lástima le daba,
su fruta prohibida de amor.

Decidió..., no sufrir mas por su estrella,
que para él nunca brillaba,
porque él no le gustaba,
aunque diera su vida por ella.

Pensó..., que su amor había encontrado,
sin saber que por pensar,
en la tarea de amar,
solo se había quedado.

Volvió..., a estar solo nuevamente,
como quien se enfrenta a un muro,
que separa un feliz futuro,
de la triste realidad del presente.

Comprendió..., que ella no era mujer,
que valorara su amor,
que solo habría dolor,
si anhelaba su querer.

Dejó..., que el tiempo con sus verdades,
curara heridas abiertas,
que se abrieran nuevas puertas,
en busca de de oportunidades.

Tachó..., otra más que amó en su agenda,
que ocupó un lugar cimero,
de un cariño verdadero,
que ojalá algún día comprenda.

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