El fantasma de tu éxtasis me persigue a todas partes,
regalándome noches de insomnio,
donde solo quedo con tu presencia.
En vano mi mirada busca tu figura en el techo de un cuarto,
que se vuelve la entrada al cielo cuando te imagino,
y la cal se transforma en pureza, tu pureza,
ahora entiendo las dos franjas blancas de mi bandera.
Entonces imagino paraísos,
donde solo hay dos cupos, yo tu Adán, tu mi Eva,
siento susurros en mis oídos,
de un lado tú, jadeándome obscenidades,
del otro un poema que implora ser escrito,
y mi cabeza es tambor,
que quisiera sonar en las curvas de tu cuerpo.
Ya no sé si me despierto para soñar contigo,
o si sueño para despertar a tu lado.
Tengo para regalarte tantos amaneceres,
que con uno más que pueda tenerte lo entenderías,
ya no tengo claro para qué es la almohada,
si para conversar con tu recuerdo,
o para apilar cada noche momentos sin fecha de expiración.
Perduras... y así renaces cada noche,
para vivir nuevamente al amanecer.
Dairo, soy nueva aquí, me ha gustado
mucho leerte, un gran poema.
Besitos dulces
Siby