Desde que entraste a mi vida,
sabes que te he querido,
y tus celos gritan a los cuatro vientos,
por una traición que no ha sido.
Cuando busco en ti un abrigo,
encuentro una adivinanza,
si solo quiero abrazarte,
¿Por qué entonces la desconfianza?
Hemos pasado todo,
bueno, malo, alegrías y triztezas,
enfermedades traviesas,
paseos juntos de aniversario
Sabes que hago lo imposible,
por mejorar nuestra alianza,
entonces otra vez pregunto...
¿Por qué tanta desconfianza?
muy bueno...
me identifico mucho con tus textos...