En un futuro no muy lejano,
en todas las noches y fases de la luna,
deslizaré mis labios sobre tu espalda,
y hacerte el amor será mi fortuna.
Quiero mujer caminar a tu lado,
agarrarte las manos si llegaras a retroceder,
porque en mí siempre tendrás un aliado,
aunque el final del camino no puedas ver.
Reencontrarnos escrito estaba en las estrellas,
y jamás en el pecado, tanto placer encontré,
porque aún profanando lo nuestro llamándole pecado,
el cielo siempre estubo por debajo de nuestros pies.
Seré el soporte que nunca te han dado,
el manantial donde siempre saciarás tu sed,
la semilla que sale en tu suelo dañado,
porque mi deseo es estar donde siempre tu estés.
Hoy mi profecía para ti canto,
no es una promesa, adulación o halago,
es la certeza aguda de que eres mi destino,
es la convicción firme de que te amo.