Hoy he leído a Alfonsina.
Esa que buscó el amor
que fuera todo vida y poesía.
Esa que, al fin, se perdió
entre ensueños y versos.
Releo una y otra vez su ruego
y lloro su llanto.
Soy sólo la sombra de ella,
y sin embargo, la siento
en todo su clamor
de poetisa,
de mujer,
de hembra.
Quiso acaso rescatar su cordura
al lanzarse a las olas
desde aciaga escollera.
O quizás sucedió
que quiso beber la vida
de un solo sorbo
en un impulso de locura
en noche de luna nueva.
Pasar de hacedora de sonetos
a canto puro de sirena.
A suspiro de mar en caracolas de arena.
Ser poesía eterna en vez de poeta sin meta.
¡Ay, si ella ya lo era, lo era ... eterna!
Tal vez por eso el amor la burló.
Pues dicen que el amor flamea
y se consume,
mas su ensoñación
nunca muere.
Alfonsina,
ensueño de amor,
poeta ...