Hay un rumor de fuentes de agua
en las madrugadas albinas
cuando sola y cautiva
llora con lágrimas blancas.
Hay un vuelo de golondrinas
sobre la torre más alta
pues desde su cárcel del alma
contempla libre la vida.
Hay pasión que fustiga
una voz que la llama
cuando la ardiente calima
vacía encuentra su cama.
Hay una ausencia que castiga
un frío que atenaza
un deseo que se ahinca
en su piel encadenada.
Hay ríos de hiel en sus entrañas
aire que en su silencio expira
fuego consumiendo su esperanza
Y hay la nada
la nada que la habita