Quise tu espuma saber a mi mar
mas se distrajo
en rompientes de deseos
sin lamer mi orilla
de dolores añejos,
diamante y roca,
cristales de sal.
Quise tu espiga hacer mi pan,
mas se distrajo
en los atardeceres albas
de granizo y escarcha
que sorprenden al estío
desamparado,
desprotegido.
Quise tu brisa perfumarme de azahar
mas se distrajo
en el árbol desflorado
por la lluvia invicta,
torrentes de agua
anegando el otoñal
de las hojas caídas.
Quise ser tu luz y verdad
mas se distrajo
tu amanecer dormido