En ti se contenían mis albas y ocasos, y sin embargo,
nada, nada de ti me pertenecía.
Que tu mirar de verde oliva no me fue cautivo, ni la alegría
de ser el dueño de mi sueño. Mas tú todo, todo lo poseías.
Mis verbos, mis hechos, hasta la poesía de mi alma y piel.
Te llevaste mi amanecer de gloria en la grupa de tu corcel,
desbocado por memoria de tu ayer . Me anochecías sin luna
ni espejos, mi campo sin mies al viento, desflorando mi vergel.
De nácar te pintaba la madrugada, de ámbar y lila el atardecer,
noche y día con seda y raso de bellos astros, luminarias de mi fe.
Pero nada, nada de ti me pertenecía.
Y sin embargo, yo te quería, te quería aun sin querer
Aww, hoy he leído tanto del desamor ... pero esto es precioso Danae, ese querer y saber que nada del otro te pertenece, aunque hayas pintado sus atardeceres y sus madrugadas.
Ese haber entregado todo , hasta los versos y la piel ... pero bueno que no me canso de decir : el amor siempre está , si lo sigues regalando y creyendo en el , la vida te lo devolverá en cualquier otro ser y será mejor .
Un abrazo amoroso