Quiero dejar este sentimiento marchar:
amor sin meta, sin alegría,
sin esperanza.
Y que no me duela más.
Cómo habré de iniciar su partida
Acaso con forzada distancia,
con elegida lejanía,
el dulce olvido a mí vendrá.
Ya lo he intentado, y no me ha resultado,
pues aun en el tiempo de la amarga ausencia
el limbo de mis recuerdos siempre lo has habitado.
¡Cuántas albas y ocasos he penado sin tu presencia!
¡Cuántas ansias y llanto en mi corazón desbordado!
Cómo cerrar esta cruel herida abierta
que sangra sin cesar.
Cómo gestar serena esa despedida cierta,
interna, necesaria y cabal.
Cómo escindir mi alma de tu esencia,
mi piel de tus caricias,
mi existencia sin mi entrega a ti,
sin mi amor, ni mi verdad.
Habré de reconstruir mi realidad, o quizás
pedir a mis sentidos que dejen de vibrar,
a mis sueños que te veten en mi lecho;
borrar de mi mente tu faz y tu cuerpo:
beber del cáliz de tu indiferencia
y embriagarme de su levedad;
que mi instinto de supervivencia
sea la prioridad.
Quiero dejarte marchar de mí,
a ti, que ya partiste sin mirar atrás
Quiero hacer igual