Uno tras otro
se marchitaron sus sueños,
cayendo cual hojas de otoño,
barridas en sombríos ocasos,
pisadas en oscuras sendas.
Y se tornó
mera naturaleza muerta.
Amortajada existencia
Adormecidos sus sentidos
en solitaria asepsia,
mustio y espeso manto
de momificada esencia.
Uno tras otro
sus días discurrían, lentos,
ahogando pena y llantos,
enterrando,
silenciando sentimientos.
Su corazón
tupido tapiz en tinieblas.
Uno tras otro
se le cayeron los sueños
Y sin sueños se fue apagando,
y sin sueños se fue deshojando
mas la vida la tenía presa.
Uno tras otro cayeron
Sus sueños tan solo retazos
de primavera deshecha.