El Cuento Más Corto Del Mundo
Faltaba un día para que mis sobrinos Julián y Ramiro vengan de visita para jugar y quedarse a dormir con mis hijos Camila y Nicolás
Ramiro no paraba de llamar por teléfono para hacerme recordar que les lea un cuento antes de irse a dormir, que tanto a él como a su hermano les gusta mucho
A la mañana siguiente viene mi hermano trayéndolos de la mano, muy contentos me saludan en la puerta de calle y entran corriendo para comenzar a jugar con sus primos
cada tanto Ramiro hacía una pausa, se acercaba hacia mí y al oído me decía: -Tío no te olvides del cuento-
Ese día dibujaron, jugaron a la mancha, a la pelota, con el tobogán, a las escondidas, cosa que nunca puede faltar en los juegos de los chicos, si no jugas a las escondidas no existís, y a muchos juegos más
Llega la noche, hora de bañarse, cena y a la cama
tiramos varios colchones en la pieza de Nico y ahí estaban los cuatro listos para descansar, pero faltaba los más importante, algo que se me venía pidiendo durante todo el día, una y otra vez: - Tío no te olvides del cuento-
pido que hagan silencio, apagamos todas las luces menos la del pasillo así generar el clima apropiado, y empiezo: Había una vez
de pronto se escucha un plaff !!, era Rami que se desplomó sobre el colchón quedando dormido en un segundo, todos nos miramos y empezamos a reír a carcajadas
- Pá, tanto lío hizo Ramiro y ahora mirá-
y sí como para no estar así, no había parado de jugar en todo el día y después de bañarse quedó fundido y ahora entregadísimo a la almohada
- Shhh ya dejen de reír, ustedes dos de su primo, vos de tu hermano y no hagan ruido así él puede descansar después de un día tan movido
Julián exclama: ¡Tío, este es el cuento más corto del mundo!
seguro Juli
¿Y si mando una carta para que lo anoten en el libro de los records?, seguro que va a tener el primer puesto!
Pasaron 18 años, Rama, lo llamamos así ahora, tiene 23 y el cuento que le leí sigue siendo el cuento más corto del mundo