Parado a unos metros del balón de fútbol enfrentado con el arquero rival, quien se mueve de un lado al otro, muy nervioso y provocante a la vez
éste es el último penal de la serie, si convierto seguiremos pateando sino ellos serán los campeones
Cierro los ojos y me parece increíble que a pesar de haber más de 50.000 almas en el estadio no siento un solo ruido
Es como si estuviera en mi pieza en una de tantas largas noches de vigilia, esperando a que toques la puerta y entres con la mejor de tus sonrisas, me abraces y mirándome a los ojos me des uno de esos besos que me hacían estallar los tímpanos haciendo desaparecer todo lo que había a mi alrededor
(Cómo pude dejar ese amor por seguir otro camino que aunque me haya dado fama y fortuna para nada pudo recuperar mi corazón herido y arrepentido por tal decisión)
Nunca antes había reparado en esta situación, levanto mis pupilas y mirando a la gente comienzo a girar en rededor de mi eje; puedo observar caras muy preocupadas, sollozantes, tapadas por sus banderas o manos, algunos mirando al cielo como pidiendo un milagro, otros besando su camiseta
Muy pocos viven la escena, la mayoría prefiere ni ver
El réferi interrumpe mí recorrido por las tribunas llamándome la atención y pidiendo que no demore más esta instancia
Lo llamo, le digo al oído que cierre por un momento sus ojos y se deje llevar, mueve su cabeza hacia los costados mordiéndose los labios como diciendo: ¡qué cosa me decís! , pero sin embargo cierra sus ojos
segundos más tarde comienzan a deslizarse lágrimas por su cara, siento un suspiro profundo, deja caer su silbato que toca el césped al mismo tiempo que las lágrimas, abre los ojos y me dice: ¡qué momento único! , ahora no demores y por favor ejecuta tu tiro
Comienzo mi carrera mirando el piso y a pasos del balón levanto la vista y entre la multitud ubicada detrás del arco la veo, ¡es ella! Con su carita de ángel, pintada en ambos lados con los colores de la camiseta que llevaba puesta, ¡cierto que era fanática del club que hoy es mi rival!
pienso todo el tiempo que estuve con ella me pareció un instante y patear este penal me parece una eternidad
nuestras miradas se cruzan, ella sonríe
una pelota golpea a su lado, ella la toma, la besa y se levanta la remera, en la que llevaba puesta por debajo tenia escrito: Te sigo amando!...Parado en el punto del penal me puse a llorar
unos compañeros me abrazaban otros me dan un beso en la cabeza y consolándome me decían que no me preocupe que cualquiera puede errar un penal
veo a la gente correr en todas direcciones pero los dos estamos quietos, como si estuviésemos congelados, mirándonos uno al otro
ni cuenta me di que malogre el penal por culpa de esos ojos que me llevaron a otra dimensión
dimensión en la que quiero estar siempre perdido
perdido por su amor