Cicatrices.
Veo caer el sol, como todas las noches, y contemplo uno y cada uno de los silencios que tarda en despedirse. Me pregunto por qué la luna es tan cruel, por qué él ya no le importa. Y la razón es, que me cuesta entender eso de las relaciones, o me cuesta, o no quiero entenderlo. Por eso me siento en la ventana a observar, con esperanzas, como la gran estrella lucha por sobrevivir un poco más, cada día, o mejor dicho cada tarde, cuando llega el ocaso a nuestras ventanas, y nosotros nos vamos a dormir sin darnos cuenta de que todo a nuestro alrededor gira entorno a él.
Yo le oigo, le escucho cada día sonreír, y por las noches veo sus lágrimas, invisibles ante los demás. "No quiero irme", diría si pudiera articular palabra. "No quiero irme...".
Pero todo el mundo está tan distraído que nadie se da cuenta de la verdad. Agachan la cabeza y miran hacia otro lado, pensando que mañana todo será mejor, pensando que algún día podrán sonreír igual que sonríe el sol todas las mañanas, cuando su lucha se ve vencida y sale victorioso de la oscuridad, de las tinieblas.
Y mi realidad es que ya no cuento los segundos, sino los silencios que nadie dice, o que nadie llora, esperando que lo hagan o digan. Porque un solo acto podría llevarme allí, donde se esconde la luna, o dejarme caer desde las estrellas. Una caída de años luz, mientras espero que llegue el momento de tocar suelo, o que se abran mis alas para poder volar y olvidarme de todo. Escapar hacia la nada, hacia un lugar donde no se sienta ni se sufra, sino que se viva, sin importar nada más.
Y puede que quizá haya perdido esa luz que me iluminaba, que me hacía ser especial, o única, o no se qué, pero me transmitía fuerzas y esperanzas, como dice la gente.
Y ahora, imagínate, por un solo momento, que el sol eres tú, y podrás empezar a entenderme, a entender un poco más cada rastro de las cicatrices que recorren mi cuerpo. Pero cuando lo hagas, seguirás sin poder hablar de mí, ni de contar mi historia, porque créeme, eso que ves no lo es todo, porque las peores cicatrices no se ven, sino que se llevan en el alma.
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Danae
Querida Death, veo que no has perdido un ápice del sol de tu imaginación, y me ha encantado leer este texto tuyo tan sensible, y tan sugerente de tantos sentimientos encontrados.
Déjame decirte que siempre sale el sol, siempre. Sus ausencias no disminuyen ni enflaquecen su presencia, siempre renovada.
Además, el sol se esconde, pero siempre termina por aparecer de nuevo. Algo así como tú en TT ...
Un beso grande, corazón.
26/11/13 06:11
