Y una vez mas, sentada frente a vuestra tumba, puedo añorar vuestra presencia y aún así seguir oyendo vuestras voces como si estaríais aquí y ahora junto a mi.
Es extraño,oscuro, incluso macabro para todos aquellos que no entendían nuestra peculiar manera de ver las cosas y comunicarnos, pero entre nosotros queda el disfrute de un día cualquiera disfrutando de unas cerezas a la vez que compartíamos miradas, sonrisas y charlas banales. Ahora ya no comparto, no hablo y endulzo las lagrimas con las sonrisas. Sonrisas provocadas por el recuerdo y lagrimas que de un corazón que os echan de menos...lo único que no ha cambiado son los miércoles a vuestro lado y el sabor de las cerezas...