Las quejas, los problemas que nos acongojan a veces no se destruyen con nada... los he tirado al camión de la basura, a veces los he abandonado en un bosque lejano y otras, los he llevado a mundos encadenados para que se esclavicen ahí, pero siempre regresan.
En cambio, las cursilerías, apenas se perdieron en mi jardín para nunca volver más.
El mundo es una licuadora...
SALUDOS!
PASA POR MIS TEXTOS
26/07/10 06:07
Más que quejas leo aprendizaje en las partículas que conforman amar, seguramente guardar todo ello y resurgir te dará nuevos brillos.
Un abrazo fuerte,
27/07/10 04:07
que fuerte ole ahi,enhorabuena por plasmar todo esto en unos versos ,son maravillosos
03/08/10 12:08