Cubierto por su manto lazulita, me levanto y observo cómo la inmensidad del firmamento, me envuelve ofreciéndome energía y vitalidad para seguir luchando día a día. Sin embargo hoy, un gris plomizo amenaza con devorar el sosiego, convirtiendo la bóveda celeste que nos rodea en un mar de nostalgia. Pero sé que pronto pasará y volveré a recrearme en el intenso añil que aviva mis más dichosos pensamientos.
El azul, en toda su escala, es el color de la paz y del sosiego. Que estampa más bonita me pintas. Gracias Voltereta por tus palabras de nuevo. Un beso