Poema XVIII
Desapareceré
mujer mía
de ti robaré
olvidado el día,
la noche fría;
tuyo más yo seré.
Me entregaré
a la pasión.
Eterno yo viviré
en armonía
en el corazón
de la dulce agonía.
Sin ti cariño,
sin ti mi amor.
Mi fragante dulzor
siempre perecerá
enmudecido y risueño
en el todo desaparecerá.
Y en la alborada
como en la despedida
no diremos nada;
Seremos felices
cada cual en su vida
buscándonos alegres.
Hermoso; si sincero doblemente hermoso.
Un saludo cordial.