Aquella sombra ingreso intrépidamente en mis pensamientos, era muy gris, muy firme, muy decidida, muy veloz.
Justo, cuando uno de mis sentimientos volaba lejos, lo engullo, y se lo llevo hacia el fondo de mis entrañas.
Un silencio muy hondo, se guardó aquel secreto para siempre.
Luego; la nada más absoluta.
Un deseo, había muerto para siempre.