Inquietud lúgubre que asaltas el alma, en los estadios inertes del asombro, recoge la espuma del mar, sintiendo su soledad sublime, recorriendo el espacio lleno de silencio, un silencio que dicen mucho más que nuestras pobres palabras.
Siempre la extrañeza olvida lo presente, dejando al cuerpo en un olvido ausente, pero nada distrae el ánimo en la búsqueda de los reinos de los poetas en el olvido, sentimientos que le dan pureza y sentido a nuestros inevitables abismos.
Ángeles humanos siempre rescataran almas, luces tan blancas como la nieve, guiaran los caminos del corazón abatido, nunca importara el miedo cuando los sonidos del universo nos saquen del fango, corazones con alas místicas tocaran al humano de oro.
Existen almas elegidas que tocan lo intocable, que mutan hacia el espacio de los elegidos, un espacio encantado que anida fuera de la piel, sin forma, pero su esencia y pureza lo impregna todo, como la rosa su fragancia que seduce a todos los vientos.
Un verdadero logro de palabras para lograr lo que sientes, y lo que te leemos sentimos también.
Abrazo compañero, te saliste del mundo y fuiste a parar al cielo.