Perdido en la noche más oscura que se pueda imaginar,
allí, donde los ojos se hunden en una nada inconcebible,
donde el tiempo se detiene como beso enamorado,
los precipicios se agolpan entre caminos sin retorno.
Siluetas vacías y agónicas se asoman como el humo,
cielos abundantes, almas trashumantes sin rostros,
frágil luz de un despertar que se vislumbra,
filtra por la piel detrás de la oscuridad inmóvil
Una lagrima de realismo presente se asoma,
suspendida entre parpados tristes que resbala y cae en el mundo,
todo sigue oscuro, tan oscuro como la noche más inimaginable,
donde mueren lágrimas solo escuchadas por el silencio.
Se siente la tristeza en tu poesía Diego, lágrimas que brotan al contemplar realidades, duele ver el dolor.
Un fuerte abrazo compañero.