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24 Poemas Latino Americanos (josé Orero de Julián)

Conciencia de tener voz.- Vuelves a hablar y vuelvo a escucharte / en las nieblas de la Historia y tu pasado; / tal vez silencios, tal vez rememorando / algún dolor escrito en los manglares / de las ideas primigenias, desprendidas / del tronco existencial de la conciencia. / Ahora, con gesto de infinitas sílabas / acentúo la palabra del allá / y, buscando las causas de mi pensamiento / me quedo admirando tu belleza / de voz, de rostro, de volcán / o, tal vez solamente, de cóndor detenido / en el aire de la interior / presencia. / Tener voz de cósmica ilusión / tornando al símbolo de la calma / histórica, presente y absoluta; / como un campo magnético sustentando / la penumbra del atardecer. / Viento de ayer en mis sentidos / de espíritu y de paz. / Certera condición de sentirme agitado / por las olas de mi vida en las entrañas / y aún cuando la duda siga insistiendo / en crear fronteras de distancia / acorto el tiempo y me introduzco / es este estar presente como ser.

Tierra conocida.- Extendiendo el alcance de mi credo, / infinito en el cortejo de tus sueños, / soy un esquema de pájaros surcando / cada espacio, cada árbol, cada rama... / cada minuto en que observo estos signos / conteniendo formas del asociado / mundo... / La tierra conocida me anega / con sus nubes blancas mi existencia / y en el fondo del sentir latino / soy fe de proponer palabras / en este caminar por tu espesura. / Dura todavía la tierra virgen / con dones de luz y de sentidos. / En cada afán de ilusión recuperada / hay un afecto que surge desde el fondo / de una utopía incandescente y alcanzada. / Y, sueño de camino cosmológico, / me pongo a platicar con las estrellas.

Levantamos un misterio.- Cada vez que nos embarcamos / en este amor por los paisajes / bebemos el agua de las mismas fuentes / donde discurre nuetro afán tan infinito. / Rodeados por el deseo, nos sentimos / y vamos marchando por las décadas / de los siglos escritos... de los siglos / encendidos en el alma. / Así camino por tus bosques, / por tus selvas, por tus lomas / que me hacen subir el pensamiento / y encontrar ángeles de la memoria / instaurados en mi infinito caminar. / Vengo a ser como semilla / de planta germinada en los acentos / de todas las voces que, unidas, / forman este nuevo despertar.

Significando tiempos del decir.- A solas contigo, playa enamorada, / soy ese tiempo de marinero ensoñado / en mi propio viaje entre las flores / de nuestra célebre existencia despreocupada. / En cada playa un enigma / y en cada enigma un amor / trascendente frontera, país y hasta paisaje. / Ser solamente una idea / varada en las arenas de estas playas / supone ser gaviota en el horizonte; / una manera de sentirte más profunda en ti... / América de ventanales por donde el cielo / introduce su luz en esta atmósfera / de hogar indecible, transitorio, / pero sin final que interprete estas sílabas / salvo la eternidad, ese tiempo del decir / significantes verbos en este mundo.

En este sentir palabras.- En este sentir palabras / hermanadas por la sangre de los ríos / como cáliz, como corola, como néctar / de sumas verbales enraizadas / en el éter de la paradójica Historia / donde se une la confluencia de los seres / en un solo aprendizaje del idioma: / seres con un solo ensamblaje de intuiciones. / En este sentir palabras / se unen el canto de nuestras voces. / Y es entonces / cuando las formas se hacen piélagos / en la piel abrazada en la distancia / y soy quietud soñando horizontes.

Personas de familia en un instante.- En un solo instante, en un solo segundo, en un solo sentimiento / pulsamos estaciones y espacios / demasiado asidos al corazón. / Somo personas enraizadas / al tronco común de este manantial / donde beben los pájaros viajeros. / Un tiempo suspendido en lo humano / y esa parte de Dios interminable. / Personas exactas que abandonan mitos / para entrar en la creencia de la Fe. / Y es, en este instante, en este segundo, en este sentimiento / donde podemos medir la estatura / al descubrir que la paz en este cielo / existe porque, sueño sobre sueño, / se abre en el espacio ya mi alma. / Y monte. Y valle. Y ciudades. / Y un viajar sin calendarios ni relojes / por el tiempo que nos convierte, / serenados, / como visibles personas en familia.

Abrazados al futuro.- Por las riberas de este existir pausado / y convertido en tejido el húmedo sentir / las lágrimas quedan náufragas, perdidas / en el olvido lejano de lo ausente. / Y, abrazados al futuro, nos henchimos / de saberes y de diáfanas / horas forjadas en este pentagrama / que es aroma de esencia tan latina / como el sagrado beso de unos labios / que se unen despejando el futuro. / Y entonces sólo somos esos humanos / seres que sueñan futuros transparentes / e invulnerables ideas de conjunto. / Sí. Somos la conjugación / de la dulzura y la canción / que se escucha en el futuro del alma: / una forma y manera de ser / como naturaleza viva y desbordante.

El eco que retumba.- Descubiertos como sombras en este fuego / que recorre todo el continente / es el eco que retumba el que se escucha / con el tropel de los sueños desbordados / y llenos de espíritu y de silencio / abrimos la voz a los caminos. / Bendito itinerario de poema / convertido en eco que retumba / en la conciencia de los seres emergentes. / Emergemos. Emergemos con la vida de metáforas / cual orquídeas soñando con el alma; / una forma de entender la existencia / que construye diálogos cada día / para ser de nuevo otro aliento / danzando en la fiesta personal / de cada empuje dibujado / en el cóncavo horizonte tan presente / como el sol, la luna y este sueño / de ser siempre un punto infinito / unido a la voz del eco que retumba.

Te siento corazón.- Te siento corazón en el reposo / de los infalibles labios donde viven / impertérritas ideas en el espejo / de ese mirar en este amor / que se cultiva entre maizales y entre verdes / valles repletos de ilusiones. / Una canción. / Un poco de trazar, humanos, / la unión eterna de nuestras manos / para ser una única sinfonía / de perfiles históricos interrogados. / ¿Quiénes fueron los ángeles del viento / que transitaron de corazón a corazón / sintiendo los mismos verbos de la vida? / Siempre responden los signos del paisaje / vivido entre dos almas en la sombra.

¿Se llamarán palabras?.- ¿Se llamarán palabras este idioma / de retener en la memoria el manantial / de los sentimientos que respiramos? / Si no es así... ¿será tal vez / la fulminante calma de un ascenso / hacia la cumbre donde habita la pasión? / Entonces abro los ojos y miro / el horizonte que hay más allá de la frontera / y dentro de mí estalla un verbo. / Reconocer. / Quizás sea reconocer que el idioma / está sólo compuesto de sentires / y que más allá de esas experiencias / las palabras sólo son como un recuerdo / vivido en algún jardín.. y la floresta / acude como un nuevo renacer / de seres sedientos de regresos. / ¿A dónde regresa el viajero / que ocultó su dolor en su equipaje / y formó con todo ello un sentimiento? / Quizás a eso se llame todavía el abecedario / desde la A del Amor / hasta la Z de la Zozobra / y regrese sin dudar hacia su origen.

Tolerante sentimiento.- Todo sueño merece una conquista; / todo sueño merece un destino; / todo sueño merece la imprevista / andadura infinita en el Camino.

Espejos de simetrías.- Un reloj colgando sus latidos / cual respuesta del cielo descubierto / en estos gestos de corazón central; allí donde el sonido de la memoria / se hace tránsito profundo. / Yo me inundo / de vida sustanciosa y natural, / de giro profundo... y el sentido / de las cosas circulares / hace que sea hombre en movimiento / alrededor de tu selva ancestral. / Esperanza heroica de un vacío / que se extiende por el sesgo / del cristal / de este sentir que es profundo, / que es lenguaje, / que es palabra blanda como la aurora / y, templado de esperanza, / se inunda en el centro virginal. / Imagen de cielo arrollador, / un súbito despertar / y ya, soñando que soy la pasión amanecida, / levanto este deshojar las noches / al llegar la aventura de la vida / y, hecho existencia en abundancia, / comienzo a pensar...

Epidermis de latino.- Es mi piel el cuerpo narrativo / de un cuento fabricado con el alma / que nace, crea, recrea y se derrama / y me hace personaje de lo ilimitado / en el ángulo musical de la bahía. / Todavía / hay luz en estas continuas y profundas pausas / en que enciendo la llama de mis sentidos / y dentro de la atmósfera latina / escribo un diario de alimentos íntimos / en forma de versos para cantar... / Canta la mañana lluviosa / y el musgo de la casa verde / parece crecer como un enjambre / de sueños hilvanados en el muro. / Este benéfico asomarse a las raíces / del valor, de la Fe y la esperanza / es un poco de caridad gracias al humo / del cigarrillo que sube hasta la cima / de esta sin medida por ser ocupación / con testimonio. / Testigo de la hazaña en que me mecen/ tus dos brazos limpiamente / sin importar para nada el tiempo.

Soñar a dibujarte.- Soñar a dibujarte en estas calles / del mundo entretenido con la luna / como un hablar sediento de canciones. / Yo canto esta mañana de tenerte / hundiendo tus raíces en mis sentidos / que flotan en tu atmósfera de color. / Soy dibujo y dibujante / en toda tu historia el caminante / y, leyendo, se me quedan dormidas las palabras / dulces... / dulces palabras... / dibujando este sueño infinito / que se cuelga con sustancia evocadora / en este respirar profundo. / Nueva la palabra en cada instante / creo un nuevo concepto de madrugada: / un balcón adornado de amapolas / que, desde el campo, / transitaron sus luces encarnadas / por los sueños del dibujo ciudadano. / El cercano / puerto de la costa ardiente / me hace arder de fantasías. / Soñar es dibujarte / para sobrepasar el límite / de la hoja blanca como el alba.

Bruna luna que te acuna.- Bruna luna que te acuna / en esta noche narrada / bajo la luz de tus dos ojos / de latina americana / y el discurrir de tus rojos labios / bruna luna asomada / al pretil de mi conciencia: / en el inconsciente imaginario de mi sed / bebo de tu boca encarminada / y encarnada la luz de nuestra alcoba / otra ciencia descubro yo en tu cuerpo. / Aquel desierto de ásperas entrañas / quedaron atrás... muy atrás... / mucho más atrás todavía. / Ahora eres tú la que conquistas / mi sangre hispana hecha de extensiones / hacia el otro lado del mar. / Bruna luna, ondulada superficie, / tu cuerpo es mi futuro / y en él vislumbro tus preguntas: / ¿quién eres? ¿dónde estás? ¿por qué has venido? / Tus sílabas pronunciadas con el deje sureño / me abre la ciudad del sentirte / en todas las pasiones retenidas. / Esta es la única respuesta llena de misterios y respiraciones / al compás del diapasón / de este bravo anochecer / que es tormenta en la calma.

En esta playa nocturna.- En esta playa nocturna tu cuerpo mece / una canción del pasado... ¡Y de repente... / estallas ante mis ojos cerrados! / Y abro el arco iris de mis sueños / y estás tú, latina en mi memoria, / convertida en presencia esta luz / de agua que, en torrente, / recorre toda mi sed. / Como ángel recóndito y asombro / de este nuevo estar ya en mi patria, / tu cuerpo... / tu cuerpo ligeramente adosado / a mi piel se hace presencia.

Debe ser que el silencio.- Debe ser que el silencio / es tu nombre, es tu mirar forjando / una visión de Naturaleza plena, fecunda, / fértil en cada canción / que solo de mis adquiridos sentires / celebran tus sueños junto a los míos. / Sin falsos rubores te recoges / entre mis manos murmurando / un misterioso mundo ya sin tiempo / y sin horas / y sin límites / y sin fronteras / y sin sentir miedo a la noche / hasta llegar ese despertar / que abra la puerta de tu modelo / mientras eres la prolongación / de mi dorado sueño.

Caminar por dentro.- Cabello de enredadas aventuras / vivificando las aulas del deseo. / Yo... / mirando al pleamar... / sólo paseo / un poema para tus ojos / y un amor que deletreo.

Una trinchera para el estar.- Fabrico con las fantasías / una trinchera para el estar / nombrando cada cosa que tú miras: / el mar, la nube, la montaña / y todo el planeta de mis versos / que en aljibe de la Historia / te llena de adjetivos el insomnio. / Caliente, serena, virginal... / en el cristal de la luz plateada / la luna se ha asomado ya.

Intercambio de vivires.- Un intercambio de vivires / de mar a mar y por el aire / vuela el tiempo. / Quedan entre gestos esos niños / que llevamos dentro de los ojos / y al mirarte, latina superficie, / un intervalo de forma bronceada / llena los perfiles de mis cantos. / Puente que une de una a otra / las costas, las sierras y las selvas / y allí... en el paramento / de la estatua ecuestre / he dejado mis libros para esconderte / entre las páginas de un cuaderno de poesías.

Saliendo hacia tu yo.- Tiempo de construir nuevas promesas / a estas nuestras vidas de silencio / y empezar a escribir palabras en las olas / del rumoroso sentir estos minutos. / Diminutos espejos de cristal. / Diseños de bailes encantados / y plenos de historias infantiles... / Saliendo hacia tu yo soy un viajero / que, niño de aventuras todavía, / soy cautivo de la tarde / anaranjada / y el sol me va encendiendo lentamente / mientras mi mente / se ajusta a esta nueva forma / de entrar en tu universo.

Porque caía la lluvia.- Porque caía la lluvia fui empapando de ternura / este brillar de conciencia enamorada / más allá de los rosales pintados bajo el sol / de la media tarde de la media noche de la media luna / en que jugábamos bañados por el cielo / en aquel conjunto de esperanzas vivas / y, madurando la esencia de los granados, / debió ser que Dios entonces nos bendijo.

Y ahora duermes.- Y ahora pequeñita, diminuta, en la altura / de este dormir tan placentero / recuerdo de nuevo la aventura / y el mundo entero / gira con tu humana hermosura.

América de mi alcoba.- Tu canto me fatiga la memoria / y tu palabra, /de estatua arrodillada, / susurra una pregunta que aprisiona / el duro mármol de tu historia / a los siglos de mi vida orillada... / y, sin embargo, / llevo grabada en mi piel la gloria / de tus silencios lentos... / lentamente rezagados / en los ayeres de mi noria. / ¡Cuánta esencia yo quisiera darte, / América preñada de pájaros dorados / que anegan de honduras mi existencia!. / Un ecuador de meridiano inventario / me ha cosechado de hombre / y he recogido, en mis diarios / aconteceres de páginas signadas, / sombras de pequeñas dudas... / más argentina la rosa de mi nombre / de poeta con zozobra dominica / en salvador islote me transforma. América... / ¡cuánto sueño de pronombre y formas / en las plurales conciencias de tus surcos / me han soñado verbos en los umbrales / de tus fugaces vespertinos besos con aromas!. / ¡Cómo espero el inicio de tus letras / semánticas de heridas y dulzuras / gestándose en la cuba del rocío / y en las leves y rítmicas olas maduras! / América... / ¡en todas las amplias horas de mi alcoba / alargo el pacífico silencio de tu obra! / América... / ¡en las breves esquinas de la sombra / estrecho el beso de tus suaves noches / uniéndolo al sueño que te nombra!
Diesel22 de marzo de 2013

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