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Coloquios Con Bonaparte (día Primero)

Me encuentro en la isla de Santa Helena enviado por la Jefa de la Redacción para llevar a cabo un coloquio con el célebre Napoleón Bonaparte que está viviendo sus útimos días encerrado en una de las celdas de la torre. Me han pedido que sea capaz de mantener una especie de combate dialéctico con él para poder saber si era un loco o un genio mal comprendido al final de su vida. Una especie de batalla intelectual entre él y yo. Los guardias británicos, al presentar mi credencial de periodista freelance y decirles que lo hago sólo para ganarme el sustento de mi familia me han dejado pasar.

Entro en la celda y le veo, a sus solo 51 años de edad, que ha estado enfermo del estómago durante mucho tiempo, según me cuenta él mismo, aquejado de una continua pesadez y un dolor en el costado derecho y que los médicos creen que es una afección hepática pero que él sospechó desde el principio que estaba atacado de la misma dolencia de su padre, un cirro en el píloro o cáncer de estómago; pero que no se lo ha querido decir a nadie hasta ahora. Me lo cuenta totalmente convencido de ello; pero él no sabe que yo conozco ciertas investigaciones realizadas a muestras de su cabello recién cortado, guardadas en un sobre vacío, que revelan que están impregnadas con arsénico hasta el punto de ser en tan altas dosis que probablemente muera por envenamiento de forma intencionada o no. ¿Está loco Bonaparte o es un genio?.

Observo, en seguida, que todas las paredes de la celda están llenas de pensamientos de Napoléon escritas con tiza blanca que resaltan mucho sobre el gris de las mismas. Cuento hasta un total de 94 frases y voy a basarme en algunas de ellas, decisión que tomo sin haberlo pensado de antemano, que considere las más importantes para poder entablar este combate literario y dialéctico con el célebre Napoleón Bonaparte. Para ello pido permiso a mi Jefa para estar 4 días vsitando a este loco o genio y poder llevar a cabo mi trabajo con la mejor perfección posible. Así que comienzo con la tarea.

PRIMERA FRASE: "En la guerra, como en el amor, para llegar al objetivo es preciso aproximarse".

Diesel.- ¿Está usted seguro de que es verdad lo que dice en este pensamiento suyo?.

Napoleón.- Totalmente seguro. El amor es como la guerra y cuanto más cerca se esté del enemigo más posibilidades hay para vencerle".

Diesel.- Pues bajo mi punto de vista está usted equivocado en dos aspectos fundamentales; el primero de ellos es que el amor no es ninguna guerra sino un juego de batallas sentimentales y segunda, que en ese juego de batallas sentimentales, muy lejos de ser una guerra como usted y muchos como usted dicen, las distancias no existen. Es más, yo le aseguro que, en algunas ocasiones, en esto del amor, las largas distancias unen incluso más que las cortas distancias. ¿Qué le parece, Don Napoleón?.

Napoleón se queda boquiabierto antes de reaccionar.

Napoleón.- ¿Cómo se puede amar a una mujer si no es en la corta distancia?. No entiendo lo que me estás diciendo, Diesel.

Diesel.- Muy fácil. Usted está confundiendo al amor con un combate y yo le estoy diciendo que el amor no es un combate sino una batalla sentimental; o sea, un juego amoroso nada más. ¿Lo entiende ahora?.

Napoleón.- !Por mi Francia que no lo entiendo!.

Diesel.- Se lo voy a explicar de otro modo. Cuando dos corazones laten al unísono es que están unidos por un hilo conductor llamado amor. Y ese hilo nunca se rompe cuando es amor verdadero. Por lo tanto no existen distancias ni cortas ni largas, sino sólo sentimientos verdaderos... y los sentimientos no se miden por metros de longitud sino por expresiones de amor que no tienen distancia alguna.

Napoleón.- No es cierto para mi. Yo, cuando amo a Josefina, la combato en las cortas distancias, hasta que la venzo.

Diesel.- Porque usted está equivocado, Don Napoleón. Usted solo ama a un objeto y por eso combate contra ella en vez de amarla. En realidad no la ama. Además en todo combate siempre hay una distancia por muy corta que sea; minetras que en el amor verdadero no hay ninguna distancia ya que están unidos el hombre y la mujer de tal manera que son una sola persona. En una sola persona, aunque esté compuesta por dos cuerpos diferentes, no existen distancias cortas ni largas. Sólo existe una unión verdadera y sin prejuicio alguno. Usted asemeja al amor con la guerra porque no sabe amar sino sólo pelear contra ella. El amor nunca es una guerra ni un combate, señor general, sino una batalla amorosa. ¿Lo ha comprendido ya o se lo explico mejor?.

Napoleón.- No lo he comprendido pero prefiero abandonar este primer asalto. Prefiero pasar al segundo pensamiento.

Diesel.- No hay problema alguno por mi parte, señor general. Pasemos a su segunda frase.

SEGUNDA FRASE: "Nunca se sufre tanto por amor como cuando volvemos a ver el objeto amado, o mejor cuando este está ausente"

Diesel.- Me parece que en esta frase tiene usted una tajada mental de campeonato, Don Napoleón. Se contradice con la primera en todo.

Napoleón.- Porque le estoy dando la razón a usted. Se sufre cuando el amor está ausente.

Diesel.- Que yo sepa nunca he dicho eso hasta ahora. Lo que yo sigo observando es que sigue llamando usted objeto a su Josefina, que por cierto a mí, con todos mis repetos, generalísimo, no me es interesante para nada. ¿Sabe lo que le digo, Don Napoleón?, que una mujer puede ser bellísima de la cabeza a los pies, como sucede con mi esposa, pero que siempre es, ante todo, un ser humano y nunca un objeto. Es un ser humano y por eso el amor se basa en amar a un ser humano y no tratarla de objeto por muy objeto lujoso que usted la llame.

Napoleón.- !Por mi Francia que no llego a entenderlo aunque parece mentira que un simple periodista me diga tantas verdades!.

Diesel.- Pues escuche la última verdad antes de pasar a la siguiente frase: el amor, cuando es verdadero y no un simple capricho como lo es Josefina para usted, no puede ser un sufrimiento porque yo entiendo al amor como una felicidad, un gozo o un placer sólo cuando es amor verdadero. Luego si es una felicidad, que siempre empieza por fe, sí es un gozo y sí es un placer cuando se trata de un amor verdadero formando una familia que, para que lo sepa usted, se forma una familia sólo cuando se unen un hombre y una mujer. No puede ser el amor verdadero, y recalco lo de verdadero para diferenciarlo de los caprichos amorosos, nunca un sufrimiento como usted asegura. Eso es una contradicción a no ser que sea usted un masoquista. Y el masoquismo, mi estimado generalísimo, es una enfermedad llamada locura. ¿Qué le parece?. ¿Pasamos ya a la siguiente frase?.

Napoleón Bonaparte se encuentra tan aturdido que se pone de pie, dando vueltas alrededor de la mesa, con una mano en el pecho y otra en la espalda.

Diesel.- ¡Déjese ahora de tonterías y siéntase de nuevo en la mesa para seguir hablando de hombre a hombre!. ¿A ver si va a ser que en verdad está usted más loco que las maracas?.

Napoleón se vuelve a sentar.

Napoleón.- ¿Que son las maracas?.

Diesel.- No viene al caso explicárselo ahora... pero por ejemplo suponga que son esas ideas suyas de querer conquistar el mundo. Así que vayamos al grano directamente.


TERCERA FRASE: "El hombre superior es impasible por naturaleza: le da igual que le elogien o censuren".

Diesel.- Vayamos por partes porque este pensamiento también tiene miga y ya sabe usted que un pan sin miga es sólo pura corteza nada más. ¿Así que usted cree en el hombre superior?. ¿Superior a quiénes?.

Napoleón.- Superior a los débiles de la naturaleza.

Diesel.- Vuelve usted a meter la pata hasta el fondo. La Naturaleza, y por favor hágame la respetuosa orden de escribirla con N mayúscula, nunca crea hombres inferiores ni hombres superiores. Todo hombre, ya que de hombres quiere usted que tratemos, es un ser en sí mismo. Un ser valioso, porque la Naturaleza le ha dotado de suficiente inteligencia para ser valioso. Eso es ser un hombre. Y no la teoría absurda de que existen los hombres superiores y los hombres inferiores.

Napoleón.- ¿Y qué me dice usted, por ejemplo, de los negros?. ¿No son seres inferiores los negros?. Yo lo he demostrtado en mi Campaña de África.

Diesel.- La famosa Campaña de África usted la ganó porque los hombres negros... y le aclaro que no existe nigún hombre negro... no tenían el poderoso armamento bélico que usted sí utilizó contra ellos.

Napoleón.- Pues yo sigo insistiendo en que hay razas superiores y razas inferiores.

Diesel.- !No me sea usted ignorante, generalísimo!. Existe sólo una raza humana y los científicos así lo han tenido que aceptar. El color de la piel nada tiene que ver con ser razas diferentes. Sólo los animales se clasifican por razas. Y, a no ser que usted crea que los hombres son animales, está usted totalmente equivocado. Y en cuanto a lo impasible... ¿quiere que hablemos de lo que es la impasibilidad?.

Napoleón.- De acuerdo, me está usted arrollando sin piedad alguna.

Diesel.- !Eso mismo es lo que quería que usted dijera!. Me refiero a la piedad. La impasibilidad, de la que tanto usted se autoelogia, es la falta de piedad hacia los demás; o sea, la falta de sentimientos y sensibilidad. Un hombre impasible es cualquier cosa menos un hombre verdadero. ¿Así que usted no llora nunca cuando mata a otros seres vivos?. Pues yo le digo que, en ese caso, es usted un impotente.

Napoleón.- Oye Diesel, que yo tengo relaciones sexuales.

Diesel.- Las relaciones sexuales las tenemos todos los hombres si queremos. Me estoy refiriendo a la impotencia mental. Un hombre impasible es un impotente mental porque es incapaz de sacar hacia fuera las emociones y cuando las emociones se quedan atrapadas dentro de un ser humano... y me refiero a saber cuándo hay que pensar, cuándo hay que razonar, cuándo hay que reír, cuándo hay que sonreír o cuando hay que llorar, etcétera... es que ese hombre deja de ser un hombre para convertirse en un simple animal. Y que conste que yo no lo he dicho sino usted. Porque yo jamás he escondido mis emociones. Una cosa es guardar silencio y otra cosa, bien distinta, es guardar emociones. ¿Me comprende?.

Nopleón.- No. No le comprendo aunque sé que me está usted demostrando ser más sabio que yo.

Diesel.- Se vuelve a equivocar. Nadie es más sabio que nadie. Lo que sucede es que cada ser humano es sabio, sea hombre o mujer, cuando deja de ser impasible y muestra sus emociones. En ese aspecto no hay rankings, Don Napoleón Bonaparte. En esos momentos cada uno es sabio de sí mismo y nada más. Porque para ser verdaderamente sabio es necesario y primordial no compararse con nadie sino consigo mismo. Usted cuando se mira al espejo ¿qué ve?.

Napoleón.- Alguien a quien le da igual que me elogien o me censuren.

Diesel.- Otro error, gran general, otro error y perdone que le aclare. Yo estoy de acuerdo en que debe darnos lo mismo que nos elogien o nos censuren. Hasta ahí estoy de acuerdo. Pero hay un matiz que usted no ha tenido en cuenta.

Napoleón.- ¿Podrías, amigo Diesel, escribir en una sola palabra cual es ese matiz?.

Diesel.- Dignidad.

Napoleón no entiende cómo un joven periodista le esté dando tantas lecciones y no llega a comprender.

Napoleón.- Si. Buena palabra. Pero no entiendo.

Diesel.- Usted me dijo que lo aclarase con una sola palabra y eso he dicho. Pero, por cortesía y no por obligación porque usted no es ningún jefe para mí que soy español por cierto y no francés, le diré que cuando tenemos dignidad sí nos importa que nos elogien o nos censuren.

Napoleón.- A eso se llama vanidad.

Diesel.- Se confunde, Don Napoleón. A eso se llama honestidad. Una cosa es que no nos importe que nos elogien o nos censuren y otra cosa bien distinta es que, cuando existe la dignidad, los elogios y las censuras nos afectan. Pero no para dejarnos hundidos en la inactividad, que es lo que le ha pasado a usted en cuanto han dejado de elogiarle, sino para seguir caminando, sabiendo que los elogios y las censuras provienen muchas veces de los pelotas los primeros y de los envidiosos las segundas; los elogios y las censuras sólo son una importancia relativa... porque la importancia absoluta es tener dignidad y tener honestidad para reconocerlo. Al pan pan y al vino vino, señor Bonaparte. Y en cuanto a si es usted más señor por decir tal aserto, dudo yo que sea tan señor como la Historia cuenta de usted.

Napoleón.- Si no te importa, ya que he aprendido alogo más, prefiero pasar a la frase siguiente.

Diesel.- Tengo todo el tiempo del mundo para seguir con esta frase o pasar a otra.

Napoleón.- Yo no. Yo voy a morir dentro de muy poco. Así que prefiero acelerar el paso.

Diesel.-¿Acelerar el paso para morir?. ¿Eso es lo que hizo usted con sus soldados?.

Napoleón.- Exactamente eso.

Diesel.- Porque es usted un ser humano totalmente incompleto e incompetente... sobre todo porque los manda usted a la muerte mientras se queda bien resguardado en la retaguardia. Así que pasemos ya a la siguiente pregunta porque hacer eso es producto de la cobardía, gran generalísimo de los ejércitos imperiales. Me entra a mí la risa que alcance la gloria de héroe quien manda a los demás acelerar el paso hacia sus muertes.

Napoleón.- De verdad que me parece que estoy bastante loco.

Diesel.- Ahora acaba de decir usted una gran verdad relativa. Sólo relativa. Porque usted no está bastante loco, que es una relatividad, sino totalmente loco, que es un valor absoluto.

CUARTA FRASE: "Cada hora de tiempo perdido en la juventud es una posibilidad más de desgracia en la adultez"

Diesel.- Eso ya entra en la categoría, perdón por la palabra Don Napoleón, de las burradas. ¿Es por eso que tanta prisa ha tenido para tener relaciones con las prostitutas?.

Naoleón.- ¿Cómo sabe usted eso?.

Diesel.- Por sus obras los conoceréis, dijo Jesucristo. Y sus obras con ciertas mujeres son ya muy conocidas por el pueblo. Pero entremos en harina.

Napoleón.- ¿Qué es entrar en harina?.

Diesel.- Dejarle a usted más blanco de estupor que Casablanca, la famosa ciudad de Marruecos en donde tanta Campaña de África usted llevó a cabo.

Napoleón.- Veamos si lo consigues.

Diesel.- Siga usted tuteándome porque no me importa que sea usted tan maleducado por quererse superior a mí; pero he de decirle que cada hora de juventud vivida nunca ha sido jamás un desperdicio si se es joven sano y buscador de sus sueños. Jamás una hora de jueventud es una hora perdida cuando hablamos de esa clase de jóvenes. Ahora bien, usted vivió su juventud como un crápula sin escrúpulos y eso sí que es una desgraciada forma de perder las horas de la juventud que luego, en este caso como el suyo, se convierten en desgracia cuando se llega a adulto. ¿Sabe ya porqué ha caído usted en desgracia y está ahora apunto de morir?.

Napoleón.- No me lo explico. Yo sólo quería ser el conquistador del mundo más joven de la historia.

Diesel.- Pero usted se equivoca siempre, mi generalísimo Don Napoleón. Nadie que sea joven de verdad intenta conquistar mundos ajenos. El verdadero joven, el que aprovecha todas sus horas, es quien sólo desea conquistar su Sueño. Pero esto a usted le debe sonar a chino mandarín. Porque mandar a los jóvenes a morir en los combates es una locura. Insisto en que no es lo mismo un combate que siempre es una violencia, y por desgracia hay jóvenes que lo viven así hasta que ya es tarde para volver atrás, que una batalla, que sólo es una parte del juego que entra de lleno en la juventud que busca alcanzar su Gran Sueño. Hay que soñar en Grande señor Bonaparte, pero no en Grande de los demás sino en Grande de uno mismo. Esto ya sé que usted ni lo comprende ni lo comprenderá jamás. Porque para usted la Grandeza es la Conquista del Mundo y en eso ha perdido toda su juventud y se ha hecho adulto demasiado pronto; excesivametne demasiado pronto. Para mí la Grandeza es la Conquista de mi Sueño respetando los sueños, grandes o pequeños, de los demás. Por eso no he perdido jamás la juventud y mis horas de juventud siempre han servido para algo positivo mientras las suyas han sido una negatividad total.

Napoleón Bonaparte se levanta y empieza a dar vueltas por la celda con una mano en el pecho y otra en la espalda.

Diesel.- !Le repito que deje ya de hacer payasadas y siéntese como Dios manda para seguir hablando de hombre a hombre y no de hombre a payaso!.

Napoleón se sienta de nuevo ante mí mientras yo pido a la Redacción, a través de un teléfono de campaña, que me dejen estar cuatro días visitando a Napoleón Bonaparte. Concedido el permiso me dirijo de nuevo a él.

Diesel.- Mire. Yo sólo estoy aquí por obligación y porque tengo que ganarme el sueldo para mi familia. Así que de payasadas nada, ¿de acuerdo?. Yo he venido a hablar en serio le guste o no le guste a usted. Tampoco a mí me gusta haber tenido que venir hasta aquí para pasarme cuatro días con usted. Si estamos hablando en serio estamos hablando en serio. Si es usted un loco o es usted un genio incomprendido me es indiferente. Eso será lo que tenga que determinar cada lector o lectora que lea estos cuatro coloquios. Yo le afirmo rotundamente que de loco no tengo ni un pelo. Sólo soy un periodista nada más. Aquí lo que trato de realizar es un trabajo profesional que me va a llevar mucho esfuerzo así que no me haga perder el tiempo con tonterías tales como poner una mano en el pecho y otra en la espalda porque así sólo caminan los ignorantes. Vayamos a la siguiente frase.

QUINTA FRASE.- "Sólo se puede gobernar un pueblo ofreciéndole un porvenir. Un jefe es un vendedor de esperanzas".

Diesel.- ¿Usted de verdad cree que un jefe debe ser un vendedor?. ¿Cree que un jefe o un líder, que de las dos maneras se puede llamar a quien representa a un colectivo, sólo vende esperanzas?.

Napoleón.- Yo así lo creo. Y, al menos, sólo he sido un vendedor de esperanzas.

Diesel.- Por eso ha acabado tan mal, señor generalísimo, por eso. Debería haber aprendido que un verdadero jefe o un verdadero líder no vende esperanzas sino que crea esperanzas. Un vendedor jamás puede ser un creador. ¿Comprende ahora la gran diferencia que existe entre ambos?.

Napoleón.- ¿Podría usted explicármelo de otra manera más sencilla?.

Diesel.- Veo que, al menos, ha aprendido ya a tener educación, esa educación de la que tanto alardean los franceses la tengan o no la tengan, porque comienza a llamarme de usted. Está bien. Por eso se lo voy a explicar de manera sencilla. Imagínese a un vendedor de esclavos por ejemplo. ¿Usted cree que un vendedor de esclavos está vendiendo esperanza alguna cuando sólo está vendiendo esclavitud?. Es sólo un ejemplo sencillo de lo que usted ha estado haciendo desde siempre. Ahora piense en un creador de sueños, pero no de sueños mientras está dormido, sino de sueños cuando está despierto. ¿Qué cree que está haciendo?. !Está creando esperanzas Don Napoleón!. Quizás muchos crean que eso son utopías. ¿Son utopías las esperanzas que se crean cuando se está bien despierto, señor Bonaparte?.

Napoleón.- No sé si creerlo pero me ha convencido.

Diesel.- Pues para crear porvenir a un pueblo lo primero que hay que crear es una esperanza, no vender una esperanza sino crearla. Debe saber que yo siempre digo que la esperanza no es lo último que se pierde sino lo primero que se conquista. ¿Entiende esta frase?.

Napoleón.- Me parece que me quiere usted decir que si no conquistamos una esperanza no podemos vivir ninguna esperanza.

Diesel.- Excacto. Eso es. Es necesario conquistar una esperanza para poder crearla y vivirla. Que sea lo último que se pierda depende luego de cada ser humano. Algunos lo consiguen y no la pierden nunca. Otros la pierden demasiado rápido sin embargo. Eso es porque cada uno elige libremente lo que quiere hacer con la esperanza que ha creado su jefe o su líder. Usted, por ejemplo, como jefe no creó ninguna esperanza y por eso anduvo siempre de combate en combate hasta que se dieron cuenta los que le estaban siguiendo que no estaba creando más que continuas frustraciones. Una esperanza jamás es una frustración por muy difícil que creamos que sea. Para mí es más fácil, como cristiano que soy, crear una esperanza que vivir una frustración. He vivido frustraciones, no lo niego, pero jamás me hicieron renegar de conquistar una esperanza. Esas frustraciones las olvidaba al minuto siguiente mientras las esperanzas que he ido creando para mí y para los que me siguen no las he perdido nunca. Si una esperanza es ser tal cómo éramos eso es una certeza por la que es necesario luchar. Pero luchar como cristiano no es entablar combates armados como usted y tantos como usted han hecho a lo largo de la Historia antes y después de Jesucristo. Luchar como cristiano es plantear batallas espirituales y no combates armados. El combate es siempre una violencia mientras que la batalla espiritual es siempre la creación de una esperanza que no tiene nada que ver con la edad. ¿Usted cree en los milagros?.

Napoleón.- Sólo creo en los milagros de las conquistas militares.

Diesel.- Pues eso es lo contrario a un milagro. Los milagros en los que yo creo son las Promesas de Jesucristo... pero explicárselo a quienes no desean oir es como echar perlas a los cerdos, así que paso de explicárselo. ¿Cómo va a entender usted lo que es el Milagro 16-18 si sólo sabe lo que son los calibres 16 o 18 de sus cañones. No. Yo no hablo de calibres de cañones de combate. Yo hablo de edad juvenil. No voy a seguir explicándoselo porque usted no tiene Fe Verdadera.

Napoleón se queda boquiabierto.

Diesel.- Sí. No me mire como si estuviese viendo a un fantasma. Mejor mírese usted en un espejo a ver quien es el verdaderos fantasma de los dos. Y pasemos ya a lo siguiente. Prefiero ahora, por caballerosidad, cederle a usted la primera palabra sobre el tema que haya decidido escoger.

SEXTA FRASE: "Sin justicia, sólo hay divisiones, víctimas y opresores".

Napoleón.- ¿Ahora qué me tiene usted que rebatir?. ¡Le acabo de derrotar esta vez, jejeje!.

Diesel.- Ríe usted demasiado pronto. No sólo no me ha derrotado sino que ha vuelto usted a meter la pata porque se cree usted que puede seguir engañando a los demás como ha venido haciendo siempre. Vamos por parte. Yo sí creo que sin justicia sólo hay divisiones, víctimas y opresores. Pero usted ha escrito dicha frase de manera hipócrita y faltando a su verdadera realidad. ¿Cómo me explica que si la Justicia no debe crear divisiones haya tantos franceses dividos por su culpa?. ¿Cómo me explica que si la Justicia no poroduce víctimas haya producido usted tantas víctimas en los campos de batalla y no sólo los muertos y heridos sino las personas que estaban relacionadas con esos muertos y heridos?. ¿Y cómo me explica usted que si la Justicia no crea opresores haya estado siempre usted oprimiendo a todas las personas que ha encontrado en el camino de sus ansias por conseguir el poder mundial como ha pasado con otros locos tan famosos en la Historia como usted?.

Napoleón ha dejado de sonreír y se mueve inquieto porque no sabe responder.

Diesel.- Voy a explicarle un poco sobre lo que es Justicia. Verá. La Justicia sólo es Verdadera cuando sirve para dar felicidad a todos los ciudadanos y ciudadanas sea cual sea su condición, creencia o edad. ¿Usted cree que la famosa Revolución Francesa fue un acto de Justicia?. Usted, que es un hijo de aquella Revolución ¿puede explicarme qué Justicia existe en guillotinar sin orden ni concierto no sólo a los reyes, que están en el mundo bajo la Gracia de Dios, sino a todos los nobles que encontraron a su paso y hasta se guillotinaban entres los mismos revolucionarios para conseguir escalar puestos en esa sociedad alta a la que, sólo teóricamente y para engañar al pueblo, decían odiar cuando sólo estaban tan envidiosos de no petenecer a ella que por eso aplicaron la Ley de la Guillotina, el Odio, el Rencor, la Ira... ¿O no ha leído usted sobre aquello de la Época del Terror durante la Revolución Francesa?.

Napoleón sigue sólo escuchando sin saber qué decir.

Diesel.- Los famosos revolucionarios de la Libertad, Igualdad y Fraternidad no sabían nada de lo que es la verdadera Libertad porque la que ellos impusieron fue solo una forma de odio y de venganza de los unos contra los otros, no tenían ni idea de que la igualdad es imposible porque no hay ni tan siquiera dos seres humanos que sean completamente iguales y no sabían nada de la fraternidad cuando se guillotinaban los unos contra los otros y eso es totalmente contrario a lo que debe hacerse entre hermanos. La Revolución Francesa, si ha leído usted suficientes libros de Historia, debe saber que engañó al pueblo llano, sencillo e inculto utilizándolos como "tontos útiles" cuando lo que en realidad fueron las ansias de poder de la alta burguesía que querían para sí mismos el lugar de los reyes y los nobles porque les tenían envidia. Por eso no creo en sus revoluciones, porque son más falsas que Judas y porque utilizan a las gentes humildes y analfabetas, de lo cual no son culpables, para hacerles creer que están haciendo Justicia.

Napoleón.- Pero creamos las bases de la Democracia.

Diesel.- ¿Y no sabe usted que de todos los malos gobiernos el menos malo es la Democracia?.

Napoleón.- ¿Qué quiere decir con eso?.

Diesel.- Que la Democracia siempre sirve para que los más poderosos sigan siendo los más poderosos y los más pobres sigan siendo los más pobres. Que la Democracia que se basa en el voto de la mayoría es una pésima manera de gobernar cuando esa mayoría no tiene capacidad alguna para saber lo que están votando porque a los poderosos les interesa tenerlos en la ignorancia. Muchísimas veces en la Historia de la Humanidad las mayorías estaban totalmente equivocadas porque eran ignorantes. Muchísimas veces en la Historia las minorías llevaban razón pero la Democracia los dejó sin voz. Y mcuhísimas veces las minorías que tenían la verdadera verdad no consiguieron ni un sólo representante en sus famosas Cámaras de Diputados, señor Bonaparte. Y es que olvida usted que hay una Justicia superior a la Juticia de la que me está hablando usted. Existe la Justicia de Dios, existe el Temor de Dios y existe la Ira de Dios. Así que no le extrañe terminar como ha terminado. La Voz del Silencio es ahora la Voz de la Conciencia y se escucha hasta en alta voz. Quizás en algún otro de sus pensamientos podamos volver a hablar de ello. Por ahora dejémoslo ahí y sigamos.

SÉPTIMA FRASE: "Un hombre sin valor ni bravura es una cosa".

Diesel.- Esa frase no es correcta en su totalidad. Sólo estoy de acuerdo en la primera parte de ella. Exacto. Un hombre sin valor es sólo una cosa nada más. Pero en la segunda parte vuelve usted a meter la pata hasta el fondo. La bravura no es un valor sino una animalidad. Yo diría más bien que un hombre con bravura sí que es realmente una cosa cualquiera en vez de un hombre de verdad. Le estoy diciendo que la frase debería ser la siguiente: "Un hombre sin valor ni pacifismo es una cosa". Se lo explico. Lo qué sí tiene valor es ser un Hombre de la Paz y no un Hombre de la Guerra. La bravura es propia de animales como el toro, el jabalí o el gorila por ponerle tres ejemplos nada más. Por eso los hombres con bravura solo son hombres animales. Los verdaderos hombres que demuestran tener valor no son los que combaten con bravura sino los que luchan y plantean batallas para la Paz. Es mucho más difícil y valiente construir que destruir. Se construye a lo largo de muchos años pero se destruye sólo a lo largo de pocos segundos. ¿Me sigue?.

Napoleón.- Sí. Le estoy escuchando y me estoy dando cuenta de que mi vida ha sido un error total.

Diesel.- Porque usted sólo buscó el totalitarismo que es una manera fascista de gobernar. Ese ha sido su error.

Napoleón.- Prefiero pasar ya de tema.

Diesel.- Yo también. Estoy cansado de decirlo una y mil veces ya. Así que si usted está de acuerdo le propongo que nos tomemos un café bien cargado para relajar un poco estos asuntos antes de entrar en terrenos más fuertes pero que son necesarios de aclarar también. Porque de la Verdad solo nace la Luz. ¿Me entiende?. Adivino cual va a ser su siguiente pensamiento y por eso es mejor que relajemos nuestros espíritus tomando unos buenos cafés antes de entrar en materia. Pero no se preocupe.
Por cierto ¿qué soimboliza ese ridículo gorro que lleva usted puesto?.

Napoleón.- La honra.

Diesel..- ¿La honra de un líder que gobierna se simboliza con una barca volcada?. Eso es un absurdo señor Bonaparte. Un completo absurdo. Por eso me entra la risa cuando usted y los que le siguen a usted cantan La Marsellesa como si fuera un Himno del Honor. Al final de losa coloquios hablaremos un poco de La Marsellesa. Ahora, por favor, permítame que me sonría mientras me tomo el café tranquilamente. ¿Cómo se puede navegar bien con un barco volcado boca abajo como simboliza su sombrero?. Mejor serñía que hubiea escogido usted una chistera y al menos reiríamos un poco de sus chistes que ni tienen gracia porque sólo son burlas en vez de chistes; burlas contra los más débiles, los más sencillos, los más pobres, los más enfermos, los que tienen defectos, los borrachos, etcétera.

Y pido al carcelero que nos sirvan un par de café con leche a ambos. A mí porque me gusta el café con leche y a él por lo de su mal de estómago. Finalizamos el café en completo silencio y meditando ambos porque sabemos, los dos, que el pensamiento siguiente es lo suficientemente serio para plantearlo con total claridad y sin dar paso a ninguna clase de tonterías.

OCTAVA FRASE: "La grandeza de Mahoma está en haber conquistado la mitad del globo en diez años, mientras que el cristianismo necesitó trescientos para establecerse".

Diesel.- Con todos mis respetos, señor Bonaparte, con todos mis respetos pero con total sinceridad no me queda otro remedio de decirle que acaba usted de escribir una verdadería tontería. Y como voy a ser un poco extenso en la explicación le ruego que, por favor, no me interrumpa para nada a mitad de mi discurso. Después, cuando haya terminado con este asunto, puede hacerme cualquier pregunta si es que desea alguna aclaración anexa. Lo primero que tengo que decirle, a usted que no sabe ni qué es el Cristianismo ni lo que es el islam porque no me explico que siendo usted de Cócerga diga tanta sandez y ande entre Pinto y Valdemoro sin saber a donde pertenece, que es cierto que Mahoma sólo necesito diez años para cometer sus atropellos a la Humanidad, ya que destruir es muchísimo más fácil que construir. Supongo que me está usted entendiendo aunque se haga el loco. Comete usted un grave error al decir que el Cristianismo necesitó trescientos años para establecerse y comete usted un grave error porque, para que lo sepa usted que de Cristianismo no entiende ni jota aragonesa, y buena que le dieron a usted los aragoneses que desde entonces se canta eso de "La Virgen del Pilar dice que no quiere ser francesa, que quiere ser capitana de la tropa aragonesa", que llevamos ya mil ochociento veintiún años después de que Jesucristo, antes de renacer, porque está vivo aunque usted no lo sepa, fuese criucifado por dar su Amor a toda la Humanidad y todavía no hemos logrado lo que Él nos pide: cristianizar al mundo entero. Mahora, pr si usted no lo sabía, y no se me haga el loco aunque esté usted loco de atar, era sólo, y digo era porque sí que está muerto y bien muerto, un simple camellero medio analfabeto que se aprovechó de una inocente viuda llamada Jadicha para enriquecerse y ponerse, con los dineros de ella, a predicar llamándose Profeta de Alá. ¿Quién es ese tal Alá, Don Napoleón sabelotodo?. El único Dios que existe es Dios. !Se entera de lo que le estoy diciendo, patán corso!. Pues bien. Mientras Mahoma era casi analfabeto, Jesús de Galilea pertenecía a una familia bien adinerada porque su padre José no sólo tenía suficiente dinero para pagarle los viajes que hizo sino que además pertenecía a la alta clase social de Israel. A ver si sabe usted leer. Por ejemplo... ¿qué es esa chorrada de la "guerra santa" contra los infieles?. ¿Acaso hay alguna guera que sea santa cuando precisamente la santidad es todo lo contrario a una guerra?. Sí. Aunque usted no se lo crea sólo puede ser santo quien practica el pacifismo. Eso por no seguir contando cosas como la tontería esa de que los autosuicidas que se lanzan contra las muchedumbres matando a diestro y sinietro iuncluso a sus propios compañeros y compañeras, van a ir a un Paraíso, que ellos llaman Walaya, y vaya palbreja se inventó el susodicho Mahoma, donde les van a esperar, con los brazos abiertos, una multiud de mujeres bellísimas totalmente desnudas. ¿Pero es posible que usted crea en tal bobada?. Hasta los no creyenes se rién de eso. ¿Cómo puede ser que un suicida obtenga ese premio cuando se sabe que todos los suicidas desaparecen definitivamente de la existencia?. Por otro lado, es absurdo que sueñen con mujeres desnudas cuando las tienen aquí en la Tiera completamente tapadas, incluso a veces con ese horrible kibuz que no las deja ni respirar. Absurdo. Totalmente absurdo. ¿Le gustaría a usted ser una mujer musulmana y ver como la matan a pedradas o la queman vivia por el simple hecho de ponerse una minifalda o pantalones cortos para hacer deporte por que se les ven las piernas?. !Pero no se da cuenta usted de que eso es una estupidez y perdone por la palabra poero es que ya me están calentando tantas tonterías escritas por usted!. Así podía decirle otras muchas chorradas de los musulmanes. Por ejemplo... ¿qué clase de ayuno mensual es ese, llamado Ramadán, cuando por las noches se atiborran el buche de comer y beber?. De esa manera yo puedo esar ayunando toda la Eternidas. ¿Así que ayuno mensual mientras se cena como verdaderos glotones verdad?. Por cierto, Jesucristo sí que ayunó de verdad durante cuarenta días, y además en un desierto caliente a más no poder, y no probó ningún bocado ni una sola gota de agua sin caer en ninguna de las tentaciones que le ofreció Satanás. ¿Y qué abusrod es eso de n comer carne de cerdo cuando el cerdo es precisamente uno de los pocos animales del que sopueden comer todas y cada una de suis partes?. ¿Ve usted la locura que pregonan los musulmanes dando unos berridos desde los alminares que los muacines parecen más bien los viejos mensajeros de nuestros pueblos que vedadramente gentes cultas. !Y que malña educaciñon es dar esos horribles gritos que ellos llaman cánticos!. Serán cánticos pero se parecen a los gruñidos que canta Blasa, la portera de mi casa, muy famosa en los comics de ris y es que los muhacines ovceando desde los alminares sólo producen risa. Y la diferencia fundamental entre Mahoma, que ya está muerto, y Jesucristo, que sigue vivo, es que mientras Mahoma predicó el odio y la guerra contra los enemigos del islam, Jesucristo predicó el amor y la paz para toda la Humanidad. Llega hasta el extremo de decirnos que tenemos que amar a nuestros enemigos. ¿Quiénes son los infieles, Don Napoleón?. Nosotros los verdaderos cristiano no; porque no sólo somos fieles a Jesucristo sino que somos totalmente fieles tambien a nuestras esposas y no como usted por ejemplo, que malgastó toda su fortuna engañando a su Josefina con toda clase de mujerzuelas que encontró en su camino. Yo sólo les regalé dinero porque a mí el dinero no es lo más importante pero jamás...!jamás!... y se lo puedo decir más alto menos no más claro le he sido infiel a mi esposa ni antes de conocerla ni después de haberme casado con ella. Las "varillas" para cinco que se muy bien quiénes son y entienda usted "varilla" como "mujer de la prostitución" para aclñarar ciertos asuintos. Usted habrá caminado mucho pero no sabe nada de las personas ni de la vida, porque sólo hizo Campañas de Guerrra , como hacen los musulmanes, en vez de viajar para gozar de la Naturaleza y comprender a los seres humanos. Parece mentira que haya escrito usted esa verdadera tontería. Vergüenza me daría a mí haber hecho eso que ha leído el mundo entero. Por supuesto que bastan 10 años para destruir; pero no sólo 10 años sino solo 10 segundos bastan para destruir a la Humanidad. Pero construir lleva más tiempo, Don Napoleón. Y nosotros seguimos construyendo mientras los musulmanes se están, en su locura mental que cada día va e aumento mutiplicativo, destruyéndose a sí mismos. ¿No sabe usted que el amor lo puede todo y es invencible mientras que la violencia slo engendra violencia y termina por destruirse a sí misma?. Parece mentira que usted, que no sabe nada ni de la vida ni de las mujeres porque no sabe lo que es amar a una sola de ellas, sea de un país que prouduce tan excelentes vinos y donde se sabe que los vinos tienen que tener solera para ser excelentes y que dicha solera necesita años para conseguirse. Algunos vino unos pocos años nada más. Otros vino alguos años más. Depende de la clase de vino y de la clase de cosecha de cada año. Yo, que sé de vino lo suficiente, le demuestro que eso es verdad. Así que, para que los sepa usted, que no se aclara si es europeo o musulmán porque tiene una tajada mental de campeonato, el Cristianismo terminará por vencer en el mundo entero porque es la Promesa de Dios y Dios no miente. Y sepa que el verdadero profeta de Dios, es su propio Hijo Jesucristo, y no ese medio analfabeto Mahoma que se inventa gueras santas, walayas y hasta un Alá que no es más que uno más de los muchos dioses que en la vida han sido destruídos por la Ira de Dios. Ya veo que se le ha quedado la cara más blanca que el cemento y que le duele el estómago. No se agunate más. Vaya rápido a evacuar al water que yo sé esperar. No se proecupe por mí que sé esperar. Pero no olvide jamás que Mahoma obligó a que se le siguiese y a quien lo no hizo lo llamó infiel y le declaró la guerra muerte... mientras que Jesucristo no obliga a nadie y da Libertad para seguirle o no seguirle y solo ofrece la Vida hasta a sus enemigos. Esa es la diferencia que existe entre la esclavitud de los musulmanes, que por cierto fueron los primeros negreros de la historia, o sea, ls iniciadores de la esclavitud de los hombres subsaharianos, y eso son datos verídicos... y la Libertad que nos da todos los dias Jesucristo desde que abrimos los ojos al amanecer hasta que los cerramos para dormir. Algunos despiertan. Otros ya no. Pero la Libertad de Jesucristo siempre está ahí y es Liberación Verdadera. La podemos coger o rechazar porque nunca obliga ni llama infieles a los que no la siguen. Jesucristo, en silencio, habla mucho mejor que habló Mahoma con su lengua.

Veo como Napoleón Bonaparte sale disparado hacia el water. Escucho el agua correr. Le veo regresar todavía, pálido.

Napoleón.- Por favor, señor Diesel, teminemos ya...

Diesel.- Nada de eso. ¿No se me va a rajar ahora y tirar la toalla cuanodo esto sólo acaba de comenzar, verdad?, Vaya. Vaya otra vez al water que queda todavía mucho que coloquiar entre usted y yo y menos mal que ya me trata de señor dándose cuenta de que no es superior a mí en nada. Usted es sólo un señor de la guerra mientras yo sólo soy un señor de la paz. Usted es un generalísimo de los combates violentos. Yo sólo un periodista freelance de las batallas amorosas.

Veo a Napoleón que sale urgentemente otra vez al water. Oigo el agua correr. Y regresa, todavía pálido, pero sometido a seguir coloquiando conmigo.

Diesl.- Y haga el favor de no ponerse de rodillas ni de bajar la cabeza. Hable conmigo de hombre a hombre y no siga haciendo payasadas en estos momentos. Así que deje ya de escribir tales tonterías que ni sabe usted por qué las ha escrito. Sólo me queda por añadir, antes de pasar a su siguiente pensamiento, si es que pensamiento se puede llamar, que Mahoma fue tan deslenguado que en cuanto supo sólo tres o cuatro cosas se puso a hablar hasta por los codos; mientras Jesucristo es tan sabio que esperó a los treinta años de edad para empezar a predicar porque antes estuvo callado y aprendiendo lo que decían los demás charlatanes. Pasamos ya a la siguiente.

NOVENA FRASE: "En un mundo imperfecto, vivir es cambiar".

Diesel.- !También ha metido usted la pata hasta el fondo esta vez!.

Napoleón se queda asombrado antes de responder.

Napoleón.- ¿En qué parte de la frase he metido yo la pata?. ¡Demuéstremelo si puede!.

Diesel.- Es muy fácil demostrárselo. En un mundo imperfecto es imposible cambiar nada porque, por definición usted lo ha llamado mundo imperfecto.

Napoleón.- No le entiendo nada.

Diesel.- Porque no tiene la suficiente calidad intelectual para entenderlo. Se lo explico. Si da por definición que el mundo es imperfecto es imposible conseguir que el mundo sea perfecto. Eso es pura lógica, para que se entere de una vez, señor Bonaparte. El mundo no es perfecto y en eso estoy de acuerdo no con usted sino conmigo mismo. Pero tampoco es imperfecto como usted dice. Existen muchas personas en el mundo, a las cuales usted no conoce porque sólo ha ido por el mundo haciendo borriquerías, que no es que sean perfectas, sino que buscan el Camino de la perfección. En ese sentido podemos decir que el mundo se puede cambiar viviendo. Pero viviendo ¿cómo, señor sabelotodo?. Y deje ya de bailar como si tuviese el síndrome de San Vito.

Napoleçón.- ¿Eso qué es?.

Diesel.- Nada importante. Sólo una manera de hablar nada más. ¿Viviendo cómo?... le vuelvo a repetir porque usted me parece que se hace demasiado el sordo.

Napoleón.- Como a cada uno le venga en gana.

Dioesel.- !Vé cómo es usted sólolo un borrico, Don Napoleón!. Viviendo como a cada uno le venga en gana sólo produce el caos y el caos termina por destruir al mundo. Para cambiar a través del vivir es necesario vivir con escala de valores. ¿Y qué es para usted una escala de valores, mi gran genealisimo o como dese que le trate, señor imperialista?.

Napoleón ni sabe ni sabe contestar.

Diesel.- Veo que se ha quedado mudo de sorpresa. Es muy sencillo. La escala de valores que tenemos cada ser humano en nuestra vida privada es la misma escala de valores que reflejamos en la vida pública. Todo depende de qué escala de valores tengamos dentro de nosotros para que el mundo pueda cambiar para bien o pueda cambiar para el mal. Usted, en su escala de valores, sitúa en pimer luugar el poder y por eso ha acabado como ha acabado porque todos los poderes, menos el de Dios, son solo humanos y siempre hay otro ser humano que lo destruye como dice mi amigo Andrés. Eso, si supiese usted de Historia y sobre todo de Historia del Oeste de los Estados Unidos, sabría que es verdad. Siempre hay alguien que vence a alguien en la lucha por el poder. Pero si en su escala de valores, coloca en primer lugar el amor; entonces podemos cambiar el mundo viviendo. ¿Se ha enterado ya de la diferencia que hay entre su frase y mi frase que podría ser la siguiente: "En un mundo imperfecto, vivir por y para el amor es cambiar".

A Napoleón se le queda ahora el rostro cerúleo.

Diesel.- Reaccione Don Napoleón. NO se me quede usted como Cerulero. Que parece usted una vela de procesión.

Napoleón cierra la boca pero aprieta los dientes de ira.

Diesl.- No. Ira no, porque entonces de verdad que lo despedazo con una luxación o un estranglamiento de judoka. Sigamos con calma, y antes de entrar en su décimo pensamiento sólo le quiero ilustrar con un poco de inteligencia para que medite antes de escribir: Yo no creo en esa frase que dice "Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer" sino en todo lo contrario; o sea "más vale lo bueno por conocer que lo malo conocido". !Vuelva a usted a intentarlo gran general!.

DÉCIMA FRASE.- "Con toda seguridad encontrarás una mano que te ayude, será en el extremo de tu propio brazo".

Deisel.- Voy a ser rápido y certero. Jamás encontrará usted una mano amiga en el extremo de tu propio brazo. Eso es totalmetne falso. Siempre se encuentra una mano amiga en el centro del corazón. ¿Sabe por qué lo digo?.

Napoleón.- Entonces... ¿he vuelto a fracasar?. Explíquemelo, se lo ruego, por piedad, por compasión y por caridad.

Dieel.- No me sea pelota, Don Napoleón. Por ninguna de esas tres cosas se lo voy a explicar sino por honestidad que es algo superior a lo que usted está pidiendo. Y por honestidad le digo que las verdaderas manos amigas no son las que se buscan pues esas son las manos compañeras... sino que la buenas manos amigas son las que se encuentran... recuerde lo siguiente: "el compañerismo se busca, la amistad se encuentra y el amor nos sorprende ... pero ninguna de estas tres cosas se debe mendigar". Si usted busca la mano amiga en el extremo de su propio brazo sólo es un ególatra , dicho de otra manera, un egoista. La mano amiga se encuentra en el corazón de las personas que nos rodean y que dan un paso al frente para ser amigos o amigas. No olvide nunca, donjuan de pacotilla, que existe la amistad entre un hombre y una mujer sin tener que haber , para nada, ningún tipo de relación sexual entre ellos. De acuerdo que se pueden gustar físicamente, porque el físico tiene importancia, pero la relación sexual sólo está reservada, por lo menos eso hago yo aunque usted veo que nunca lo ha hecho con su propia esposa, con mi Princesa. Por eso digo que más vale lo bueno por conocer que lo malo conocido. En el extremo de su propio brazo sólo encontrará usted un puño y no se es amigo de nadie a puñetazos sino con el abrazo nacido del corazón. ¿Cómo se le ha quedado ahora el cuerpo, señor Bonaparte?.

Napoleón Bonaparte se descompone de nuevo y tiene quen salir disparado hacia el water. Oigo de nuevo correr el agua y ahora regresa ya más domesticado.

DÉCIMA PRIMERA FRASE: "A partir de ahora, la verdadera fuerza de la República francesa ha de consistir en no admitir que exista una sola idea nueva que no le pertenezca".

Diesel.- Ridículo es el chauvinismo francés. Tan ridículo como el racismo alemán pero todavía más ladino e hipócrita porque tiene máscara democrática. Al menos, al racismo se el ve de frente mientras el chauvinismo se esconde astutamente dándose infulas de cultura. Esa frase es tan ridícula que por ella muchos franceses están haciendo el ridículo a lo largo de la Historia. El chauvinismo que contiene esta frase es de tal ridiculez como decir que los mejores quesos son los de Francia. El chauvisnimo de los franceses como usted, Don Napoleón, olvida que hay mejores quesos en España que en Francia. Quite usted el roquefort y el camembert y ¿qué mas queso de calidad tiene Francia?. Sin embargo, España, por ejemplo, tiene el queso de Cabrales, el queso manchego, el queso burgalés, el queso del Roncal, etcétera, etcétera, etcétera. La verdadera fuerza de la República Francesa sólo es la envidia que tienen hacia España y la envidia, Don Napoleón es la que corrompió su alma. Por eso le fue tan mal en España cuando quiso imponer sus ideas francesas a través de Pepe Botellas y por la fuerza de las armas. Las ideas mejores no son las francesas porque las ideas son sinónimos de universalidad. Así que en todas partes existen ideas buenas o ideas malas. Las ideas francesas sólo son una más de las ideas de este mundo. Lo demás es un chauvinismo que, repito, es igual que el racismo alemán sólo que disfrazado de democracia. A los franceses no les pertenece ninguna idea, ni tampoco a ningún país en absoluto. Las nuevas ideas surgen en el cerebro de cualquier ser humano sea francés o no sea francés. Le repito que por eso le fue tan mal con los españoles y no digamos con los rusos. ¿Ve ahora por qué fracasó su idea imperialista, señor Bonaparte?.

Napoleón Bonaparte ahora tiembla. Le tiemblan las manos y se las aprieta una contra otra.

Diesel.- No tiemble tanto Don Napoelón y beba un trago de su propio coñac ya que tan chauvinsita se cree. Y sepa que me he enterado de que el mejor coñac del mundo no es ningún coñac francés, sino uno que se produce en tierras de Castilla la Vieja. Sin usted se hubiese preocupado de viajar como turista por la Ruta del Quijote en vez de ir tanto de campaña militar en campaña militar lo hubiese podido saber. El mejor coñac qu existe no es francés, sino de La Mancha. Reconocido por quienes de verdad saben bien lo que es el coñac. Pero como son ustedes tan chauvinsitas así les luce el pelo... que se tienen que poner pelucas almidonadas para parecer interesantes cuando sólo hacen el ridículo. Con las pelucas y los rapés metidos por las narices están ustedes arreglados...

DÉCIMA SEGUNDA FRASE: "El cementerio está lleno de personas imprescindibles".

Diesel.- !Vaya error señor genralísimo, vaya error!. El cementerio está sólo lleno de muertos. Los imprescindibles nunca mueren. Le explico este enigma o lo dejamos para tomar un café antes de ello.

Napoeón.- Me siento tan abrumado que deseo el café.

Diesl.- Bien. Tomemos otro café. Pero que sepa que lo único que inventó usted fue un calendario que iba en contra de la Naturaleza de Dios y sólo para hacerse el interesante cambió todo el sistema de los meses que componen el año y formó tal caos que sólo su estúpido chauvinismo fue culpable. ¿Qué es eso de Brumario por ejemplo?. Tómese el café y no siga haciendo cosas ridículas y por favor quñítese ya ese ridículo sombrero de la barca boca abajo. ¿No le da vergüenza tener cincuenta y un años de edad y ser tan viejo que está a punto de morir?. Ya ve. Se lo dice un periodista que sabe que sólo tiene dieciocho años de edad y no desea ser más mayor digan lo que digan los demás. Eso se llama pundonor, honestidad y fe. Pero usted ya está más muerto que vivo y sólo tiene cincuenta y un años. Por haber creado un calendario tan caótico. Ya ve a dónde le ha conducido a muchos franceses el estúpido chauvisnismo.

Napoleón se queda en un mutismo hermético así que paso al siguiente pensamiento.

DECIMOTERCERA FRASE.- "El paraíso es un lugar central al que las almas de todos los hombres llegan por caminos diferentes; cada secta tiene su ruta particular".

Diesel.- En verdad que el número 13 para los supersticiosos como usted les trae mala suerte. Como yo jamás he creído en esa superstición ni en ninguna otra le voy a decir los múltiples errores que veo yo en este pensamiento. En primer lugar, y aguántese la intención de intervenir hasta que no acabe, es que el Paraíso de Dios no es un paraíso minúsculo como usted lo ha escrito sino un Paraíso mayúsculo porque coupa toda la Eternidad. Me parece que esto debe quedarle bien claro si es usted medianamente inteligente que ya lo empiezo a dudar. En segundo lugar no es cierto que por todos los caminos se llega al Paraíso. Sólo existe un Camino para llegar a él y ese Camino es Jesucristo. Todos los demás son caminos que terminan , siempre, en callejones sin salida. Jamás me he olvidado yo de los callejones sin salida y por eso decidí firmemente seguir el verdadero Camino de Jeuscristo. Él lo dijo: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" y yo he añadido: "El que sigue ese Camino jamás se p
ierde, el que cree esa Verdad jamás se equivoca y el que vive esa Vida jamás muere". Y, para terminar y pueda usted intervenir si desea, le diré que todas las sectas son falsas manifestaciones de dioses creados según el capricho y los antojos de los falsos lideres que, en nombre de Dios, tergiversan cuanto quieren y les viene mejor para sus propósitos mundanos la Palabra de Dios que es lo mismo que decir la Palabra de Jesucristo. ¿Qué cree usted que es la Masonería?.

Napoleón.- Yo creo que los masones somos sabios.

Diesle.- La Masonería es una de las sectas más peligrosas que existen y eso que todas las sectas son peligrosas. Usted cree sólo en los astrólogos que no son más que magos y brujos que hablan cambiando la Palabra de Dios porque son solamente sabios que dejaron de serlo al entregar sus almas al Diablo. Yo creo que la Atronomía sí es una verdadera Ciencia Humana que merece la pena estudiar, pero la Astrología sólo es propia de brujos y brujas, hechiceros mentirosos y gentes que se apoderan de las almas humanas para destruirlas. Todas las sectas son peligrosas
y a todas las sectas hay que destruir para hacer el bien en el Mundo. Las sectas inventan dioses falsos, falsos paraísos y falsos evangelios. Ustedes los masones son sabios para los hombres pero no son sabios para los niños. ¿Entiende la gran dferencia entre el bien y el mal?. Todo sabio que no es sabio para los niños es un falso sabio; o sea, pura vanidad solamente o un ambicioso del poder. Por eso ningún niño o niña puede entender la Masonería que está llena de palabras incomprensibles, signos incompresibles, claves incomprensible salvo para los iniciados, como ustedes
pomposamente dicen de sí mismos... ¡eso sí que es vanidad!... y sin embargo el Evangelio de Jesucristo es totalmente comprensible hasta para los más pequeños niños y niñas. Fácil de entender. Sin símbolos imposibles de descifrar. Sin claves secretas. Las sectas sólo emplean claves secretas. Lás únicas claves secretas que yo admiro son las que crean los escritores sólo para distraer a las personas con literatura de ficción pero sabemos que es solo ficción... pero las sectas... ¡ay las sectas cuan diabólicas son!. Por eso Juan fue ta inteligente que escribió la trampa del Apocalipsis para descubrirles a ustedes, los que enloquecen por el ansia d epoder gobernar en Munod intentando interpretar dicho Libro. La inteligencia es la inteligencia Don Napoleón y la soberbia es la soberbia señor Bonaparte. Nada que ver la una con la otras. Pasa igual que con las mujeres. Nada que ver la una con la otra salvo que a veces son capaces de aparecer difrazadas de formas diferentes. Pero eso sólo es un juego creativo y no un juego destructivo como el ansia de someter al Mundo a sus caprichos, muy Ilustre Señor de Córcega.

Napoleón.- Yo creía que...

Dieel.- ¿Qué creía usted?.

Napoleón.- Que los masones éramos hombres del bien.

Deisel.- Pues ha creído usted muy mal. Ningún camino excepto Jesucristo es el que guía al bien de la Humanidad.

Napoleón.- Nopuedo discutrilo. Soy en verdad un ignorante en eso del Camino, la Verdad y la Vida.

Diesel.- Pues yo le añado algo más. La Razón si no está acompañada de la Fe es una Razón muerta porque sólo ha elegido el camino del materialismo humano; sin embargo la Razón cuando va acompañada de la Fe es trasformadora de las personas y, de esta manera, transformando a las personas hacia el bien se puede llegar a construir una nueva Tierra totalmente opuesta a la que estamos viviendo. La Razón sola produce angustias. La Razón acompañada de la Fe produce Felicidad. Ese ese el Camino de Jesucristo. Ninguna secta ni religión puede producir esto. Muchos son los caminos de la vida que significan únicamente vanidad de vanidades, como el que ha elegido usted. Sólo un Camino es la Verdad y la Vida. Hablo de la Verdad Absoluta y no de todas esas verdades relativas que tantos coloquios levantan y no ponen de acuerdo a nadie con nadie porque se basan en ideologías. La Verdad de Dios no es una ideología más como los ateos creen. La Verdad de Dios es una "idealogía" que se basa en la Libertad y no ata a ésta a los caprichos de los poderes mundanos por muy ilustres personajes que sean quienes fabrican las ideologías.

Napoleón.- Reconozco que soy uno más de los millones de ideólogos que ha creado este mundo del mal. ¿Puedo conocer la teoría de la "idealogía"?.

Diesel.- No.

Napoleón.- ¿Por qué no?.

Diesel.- Porque no es ninguna teoría sino una forma de vivir en plenitud. Es la Libertad por si quiere saberlo con total claridad. La simple y sencilla Libertad Verdadera de las ideas universales. Y digo ideas liberadas de la esclerótica coraza de las ideologías. ¿Me ha entendido ya?.

Napoleón.- Sí.

Diesle.- Pues continuemos.

Napoleón.- Desearía abandonar ya este coloquio. Es que no puedo rebatir nada de lo que me dice.

Diesel.- De abandonar ahora nada de nada. Tengo que cumplir con mis cuatro sesiones coloquiales con usted o no me pagan el sueldo. Usted podrá jugar con sus solddaditos a guiarlos hacia la muerte pero yo no le voy a permitir que juegue con el sueldo con que alimento a mi familia. Así que seguimos sí o sí. Y un sí para un cristiano es siempre un sí sin duda alguna. Así que a seguir.

DECIMa CUARTA FRASE: "Las bases indispensables de la sociedad son el ocio y el lujo".

Diesel.- !Dios mío, vaya barbaridad que acaba usted de escribir!. Si las bases indispensables de la sociedad son el ocio es que la sociedad se ha convertido en vagancia y si la base indispensable de la sociedad es el lujo es que la sociedad se ha convertido sólo en lujuria que precisamente es palabra que deriva del lujo. Vamos a ver. El ocio y el lujo, en su momento adecuado y en su medida oportuna, es bueno para el difrutes de las personas, pero que sean las bases indispensables de la sociedad o es una locura suya, gran Napoleón, o no sabe usted lo que está escribiendo. Las bases indispensables de la sociedad son la familia y el trabajo. ¿Se ha enterado ya de que el mundo se nos está derribando porque personajes como usted están promoviendo la muerte de la familia y la desaparición de los puestos de trabajo?.

Napoleón.- Perdón. No lo había pensado bien.

Diesel.- Pues antes de escribir pensamientos piense mejor porque le voy a decir que pensando se descubre que no solo la familia y el trabajo son las bases indispensables de la sociedad. No lo son si les falta el Amor con A mayúscula de Autenticidad. ¿Comprende ahora como todo puede ser cada vez más perfeccionable si derseamos cosnturir un mundo mejor para toda la Humanidiad?. El ocio y el lujo deben ser valores importantes pero secundarios, muy secundarios a la hora de la verdad, aunque importantes en su medida justa. Y la medida justa es la clase de ocio que cada uno elija y la clase de lujo que cada uno se merezca. ¿Qué le parece esto útimo de la clase de lujo que cada uno se merezca?.

Napoleón ya no sabe que hacer con sus manos y las pone sobre la mesa.

Diesel.- Veo que tiene usted unas manos bien gordas. Y no me refiero a las personas que son gordas a las cuales respeto como a cualquier otra persona, sino que tiene las manos gordas porque no es usted ningún artista de la vida. Así que eso de que usted ama el Arte es una mentira más de la Historia. Si amase el Arte no escondería tanto sus manos. Quienes nada tienen que temer, a la hora de la verdad, enseñan lmpiamente sus manos, sean del grosor que sean y estén o no estén manchadas por el esfuerzo laboral. Hay manchas en las manos que dignifican al ser humano y hay manos tan blancas y tan limpias que sólo son hipocresías humanas. De todo hay en la vida, señor Bonaparte... pero, conociendo el munodo de las mujeres, he descubierto que una de las partes del cuerpo masculino en que más se fijan, a la hora de enamorarse, es en qué clase de manos tiene cada hombre. No son relatividades, Don Napoleón. Las mujeres saben que no pueden pedir que un campoesino que está escardando toda su vida tenga las mismas manos que un poeta que esté ecribiendo toda su vida. Por eso digo yo que de todo hay en la vida y hay que saber cuándo las manos de un hombre sestán limpias de verdad o estan llenas de pecados tan visibles que hay que guardarlas entre el pecho y la espalda. ¿O no hace usted ese gesto por tal motivo ya que estamos hablando de hombre a hombre?.

Napoléon.- ¿Cómo lo ha podido adivinar?.

Diesel.- No soy ningún adivino. No adivino nada. Sólo dejo que Espiritu de Dios me guíe en mis observaciones. Y el Espiritu de Dios no preside ninguna secta.

Napoleón.- !Por Dios, no siga descubriéndome!.

Diesel.- ¿Le da miedo que le descubra?.

Napoleón.- Si. Sigamos adelante.

Deisel.- Está bien. Tengo tiempo suficiente. Sigamos.

DÉCIMa QUINTA FRASE: "Obligar a los ricos a pagar impuestos es una necesidad de guerra, pero obligar también a los pobres es una infamia".

Diesel.- !Error tras error!. Ese pensamiento es un error total teniendo en cuenta ciertas cosas que parece usted desconocer. Verá. Hay seres humanos, hombres y mujeres, que son millonarios porque se entregaron con afán, durante muchos años, a estudiar y a trabajar a veces de sol a sol. Son millonarios porque se lo merecen. Y recuerde que la propiedad privada ganada según Dios manda es inviolable. Y hay pobres que son pobres porque sólo se dedicaron a ser vagos y maleantes durante su vida. ¿Comprende cómo esa frase es un error?.

Napoleón.- !Si es un error mejórela usted si puede y si no puede quedo vencedor y doy por terminado el coloquio!.

Diesl.- Muy fácil: Apunte en su mollera si es que su mollera está capacitada para pensar algo más que en majaderías: "Obligar a los avaros a pagar impuestos es una necesidad para el progreso, pero consentir que los vagos y maleantes no paguen impuestos es una infamia para la sociedad". ¿Qué le ha parecido?. No he tardado años en pensar para escribirla como usted si ha hecho con la suyas. Me han bastado sólo unos segundos para que el Espírtu Santo me guiase antes de escribirla.

Napoleón.- ¿Me habla usted, por favor, de Espíritu Santo?.

Deiesel.- Ahora no. Ahora sólo me dedico a analizar lo que usted ha estado pensando meientras permanece cerrado en la cárcel. Para mí ahora es másimportnate descubrirle ante la sociedad que hablar de cosas de las que ya he hablado en miltitud de ocasiones. Escuche; el Evangelio de Jesucristo es tan fácil que los entienden los niños y niñas inocentes pero muchos adultos y adultas que sólo son pura vanidad no entienden jamás. Por eso hablarle ahora del Espíritu Santo sería una lamentable pédida de tiempo.

Napoleón.- ¿Así que afirma que su misión al hablar conmigo es desenmascarme ante la sociedad?.

Diesel.- Por supuesto que lo afirmo. Es mi obligación. Y no sólo por usted sino por la gran cantidad de personajes históricos que han sido como usted y para abrir los ojos a los que tanto creen en ustedes. Y ahora, en el pensamiento siguiente, le doy la prioridad de palabra a usted para que no olvide que está hablando ante un sencillo periodista y escritor que comete también muchos fallos pero que jamás ha dejado d eser un caballero con las mujeres y con los hombres, sean amigas y amigos o sean enemigas y enemigos.

DECIMO SEXTA FRASE: "Las personas que debemos temer no son las que no están de acuerdo con nosotros. Debemos temer las que no están de acuerdo y son demasiado cobardes para darlo a entender".

nAPOLEÓN.- !Amigo Diesel, ante esta frase no puedee usted corregirme nada asi que doy por terminado el coloquio y por fin le dejo en silencio!.

Dieesel.- !Espere, espere!. Hay un dicho que dice "carrera de caballos parada de burros" y me parece que eso le ocurre a usted. En primer lugar, existen muchas personas que aparentemente están de acuerdo con nosotros pero tienen el puñal guardado en la espalda. ¿O no recuerda usted a Judas Iscariote y lo que hizo con Jesucristo. Es cierto que hay que preocuparse de quienes son demasiado cobardes para darlo a entender. Pero una preocupación no quiere decir tenerles miedo alguno. Al cobarde se le derrota con la valentía de n dar un paso atrás. Y si es necesario pasar de él, no sifnifica machacarle brutalmente como ha hechyo usted, sino ignora
Diesel17 de agosto de 2010

1 Comentarios

  • Diesel

    este texto no es válido porque lo han censurado por la parte de su mitad. Está completo en Escritoresenlibertad.com y en Textale.com si alguien está interesado en leerlo al completo.

    17/08/10 03:08

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