Por el verde olivo de la verde rama cantan los pajarillos
haciendo nidos y un grupo de niños se encuentra jugando al corro de la
alegría en un patio cercano de este colegio donde se quedaron mis ojos
leyendo el debido entusiasmo. Hay un río cercano que recorre la slueta
terrestre del espacio. Los niños juegan, a columpiarse, a correr, a
lanzarse en busca de lo colorido de sus alegrías y yo me levanto por el
aire y me subo al verde olivo para acunar al pajarillo del alma y la
vida allí, junto a su nido, es de niños jugando en mi pensamiento. !y
qué sensación de libre voluntad se apodera de mi espíritu!. Es como si
viera a Toby acercarse alegre a correr tras las mariposas y venir a mí,
a decirme con sus ojos que está feliz en su existencia humilde.
La corriente del río fluctúa por las arterias terrestres
y la tarde se quedqa pendiendo de las ramas del verde olivo. Detrás de
la tapia, los campesinos vuelven de la ardua tarea de sembrar esperanzas
al futuro de estos niños que juegan, alegres y despreocupados, a
perseguir sueños alados dentro del patio. Y la corriente continua de la
luz emergida inunda mis párpados de sorpresa infinita.
- !Ven, Toby, ven!. !Ven a jugar con los pajarillos y con estos
niños que tienen en sus miradas esa alegría infinita de tu poesía
blanca!.
Y Toby se deja acariciar por las manos
mansas hasta que ya no hay más tiempo que el de seguir nuestro andar,
hacia delante, hacia la ribera del río donde se desatan las emociones.
_ Niños. Hasta mañana. Toby y los pajarillos estarán
siempre presentes en vuestra amable compañía de ojos sin ira, sin odio,
sin miedo y... sin violencia...
Yel tierno tiempo de
la despedida se hace arpegio de olivo con verde rama donde erguidos
hacia el cielo los pajarillos cantan reclamando vida... vida...
vida...