¡siempre Os Llamaré
Personas! (reflexiones).
02 de junio de 2014
por diesel
Proceso de Implementación de los Presupuestos Participativos según el Estatuto de la Participación Ciudadana de Molina de Segura: soy el portavoz oficial de la ONG MUAD -Mujeres Unidas Aportando al Desarrollo- que defiende, protege y ayuda a los más débiles, a los más humildes, a los más necesitados, a los más olvidados, a los más desprotegidos y a los más marginados; y os hablo en el nombre de todos ellos y todas ellas.
Ayer estábamos hablando del Diagnóstico de la situación social actual y el abismo al que nos enfrentamos. Hoy no quiero hacer ninguna pregunta a nadie porque sé que todos ustedes son buenas personas y están haciendo hasta lo imposible para ayudarles a todos ellos y a todas ellas. Por eso quiero plantear una reflexión, primero a mí mismo y después a todos los aquí presentes, ya que hablamos de Participación Ciudadana.
Juego al fútbol y soy capitán de mi equipo de fútbol y por eso tengo la obligación de avisar a mis compañeros sobre si el equipo contra el que vamos a enfrentarnos es mejor que nosotros, igual que nosotros o peor que nosotros, para poder jugar de una u otra manera sin que nos pille el toro por eso de las causas y las consecuencias.
Tenemos miles de Doctores en Economía, miles de Doctores en Política, miles de Doctores en Sociología, miles de Doctores en Historia, miles de Doctores en Filosofía Social y miles de Doctores en miles de materias. Lo que yo me pregunto y pregunto a los demás es ¿por qué habiendo tantos expertos que conocen las causas y las consecuencias de los procesos sociales no avisaron a tiempo a tantos millones de seres débiles, humildes, inocentes, necesitados, olvidados, desprotegidos y marginados para que no se hundieran en el abismo donde ahora se encuentran? ¿Cuáles son los ocultos intereses que han convertido a unos pocos en cada vez más ricos y a muchos en cada vez más pobres? ¿Cuáles son esos intereses ocultos y cómo es posible que nadie se haya dado cuenta de ellos?
No es una pregunta a nadie sino una reflexión que planteo públicamente porque cuando pienso y veo las necesidades que están pasando y sufriendo tantos millones de seres humanos, y hago hincapié en que son seres humanos, me entran hasta ganas de llorar; porque puedo defenderles, protegerles y ayudarles, pero me siento impotente para dar una verdadera solución a sus vidas. De verdad que me entran ganas de llorar al comprobar cómo unos pocos les han traicionado como Judas Iscariote traicionó a Jesucristo y cómo ahora esos pocos se lavan las manos como Pilatos al ver y contemplar tantas miserias. O somos humanos o estamos dejando de ser humanos ante el silencio cómplice de tanta gente. ¿Podemos o no podemos solucionar estos problemas? Gracias por permitir que mi voz se escuche. Espero que, por decirlo, no me castiguen ahora y me quede sin comer.
Ante el trágico y patético Diagnóstico que nos ha presentado, y explicado con todo detalle, José Antonio Zamora, yo vuelvo a hacer una pregunta a mí y a todos los demás: ¿cómo es posible que sabiendo lo que iba a suceder cayeron en la trampa tantos y tantos millones de seres humanos que ahora no ven salidas debido a las trampas que les tendieron? ¿Cómo es que habiendo tantos conocedores de las causas y las consecuencias no fueron avisados a su debido tiempo todos esos millones de ciudadanos y, sobre todo, personas que han caído en esas trampas? Ver y juzgar. Ha llegado la hora de ver los problemas y juzgar a los culpables y/o responsables de haber creado esos problemas para enriquecerse ante la miseria de muchos millones de seres humanos a quienes han hecho caer en sus trampas sin ninguna clase de humanidad ni mucho menos de amor hacia ellos y ellas.
De acuerdo con María Dolores Hernández de que es necesario participar en las soluciones implicándonos todos, pero de manera que nazcan desde los de abajo para que lleguen a los de arriba y luego se produzca el feed back consecuente de que los de arriba nos contesten a los de abajo para ver si entre todos solucionamos los problemas. De acuerdo en que es una tragedia humana pero no podemos llorar todo el rato sin hacer nada más que llorar. Podemos llorar, hasta intensamente, durante 10 minutos, pero luego hay que actuar con valentía de ánimo, con decisión y hasta con bastante humor, porque todas las revoluciones, cuando son de verdad nacidas en el pueblo y no en los dirigentes partidistas que tienen sus propios intereses ocultos a espaldas del pueblo, comienza con el sentido del humor. No hay felicidad si no hay alegría y no hay alegría si no hay humor.
Jordi Borja nos habla de el Derecho a la Ciudad. La ciudad es para todos los ciudadanos y ciudadanas. Estoy totalmente de acuerdo. Las calles de la ciudad son para todos los ciudadanos y todas las ciudadanas. Estoy totalmente de acuerdo. Pero tengamos en cuenta que todos y todas -y no solamente unos pocos o unas pocas- tenemos esos derechos y, para que todos podamos gozar de la ciudad y sus calles, debemos tener en cuenta que sólo podemos gozarlas a través de la concordia y no a través de la discordia. Por poner sólo un ejemplo de los millones que podría exponer, todos sabemos qué son los semáforos y qué significan los colores rojo, amarillo y verde de los semáforos. Eso está bien claro porque nos lo han explicado desde que éramos niños y niñas. Lo que me pregunto es que veo y observo, días tras días, cómo hay miles y miles de personas, tanto automovilistas como peatones, que no hacen ni el mínimo caso a los semáforos. Estoy de acuerdo en que los semáforos sólo son objetos y no están para que les respetemos pero resulta que, al no respetar a los semáforos, no nos estamos respetando los unos a los otros y las calles dejan de ser un lugar de convivencia en la concordia sino un lugar de discordia porque no sólo se producen accidentes, lo cual ya es gravísimo, sino que esta desobediencia civil (como sucede con los contenedores de basura, las papeleras públicas y todo lo que sea propiedad privada por decir otros ejemplos) provocan discusiones, disputas, violencias y hasta agresiones físicas entre ciudadanos y ciudadanas que se han olvidado de aplicar la concordia en lugar de la discordia como diciendo aquello que decía Manuel Fraga Iribarne en tiempos de Dictadura de "¡La calle es mía!". Recuerdo los tiempos del tardo franquismo y de las primeras aperturas para la Democracia en España. El mapa callejero de Madrid era todo un parchís: había Zona Azul, Zona Roja, Zona Verde, Zona Amarilla... y muchos ciudadanos y muchas ciudadanas caminaban con miedo por las calles madrileñas porque si no pertenecías a la Zona donde estuvieses paseando corrías el riesgo de que te insultasen, te agrediesen, te violasen y hasta te matasen como lo pude ver y observar en miles de casos. Y eso que estábamos iniciando la apertura hacia la Democracia y lo de poder vivir todos en paz.
A Tomás Rodríguez Villasante tengo que decirle lo siguiente: nuestra ONG MUAD funciona de una manera tan completa que no sólo escuchamos a quien tiene un problema o una necesidad (como él dice), no solo sabemos escuchar a quien tiene un problema o una necesidad (como él dice) sino que hacemos algo que al parecer él olvida: que no sólo escuchamos y sabemos escuchar sino que empatizamos de tal manera con quien tiene un problema o una necesidad que nos metemos dentro de su piel y hacemos que su problema y su necesidad forma parte de nosotros mismos y de nosotras mismas, de tal manera que al vivirlo como si lo estuviésemos sufriendo nosotros y nosotras podemos entenderlo por completo y, además, ya deja de ser un asunto aburrido (como dice él) para pasar a ser un asunto interesante (como digo yo). Y después de haber hecho todo el consecuente seguimiento de la persona que sufre un problema o una necesidad lo colectivizamos para el bien de todos y de todas. Y es que yo añado que en MUAD no cantamos lo de "yo pasaba por allí" que decía Luis Eduardo Aute como si hubiese pasado por casualidad sino que cantamos "yo estaba allí" porque no es casualidad que pasemos por allí (como cantan Aute y sus seguidores "autistas") sino que estábamos allí, nos implicamos con lo que había allí e intentamos sacar del problema a quienes estaban allí y sin cobrar ni un solo céntimo como Aute y otros como Aute cobran cuando cantan. Como dice María Dolores Hernández, cuando vemos caer a alguien en un agujero lo primero que debemos hacer es preguntarle -dejándonos de tantos cánticos partidistas que dividen y separan en lugar de sumar y unir- cómo está y qué le sucede, no para dejarle abandonado en su soledad (como ocurre con tantos "autistas" sociales que sólo van a lo suyo) ni tampoco para hundirles más en el abismo haciéndoles sufrir donde más les duele, sino ayudarle a salir del agujero sujetándole por sus partes no dolientes y no solamente para sacarle del agujero sino para ofrecerle un futuro mejor, un futuro más justo y un futuro más alegre.`
Pepe Molina, maestro entre los maestros, dijo tantas cosas sustanciales y tantas grandes verdades, que no tuve más remedio que levantarme para decirle que, públicamente y antes de estrechar su mano, yo estaba totalmente de acuerdo con todo lo que dijo y que por eso le había aplaudido con todo mi corazón y toda mi alma; pero puntualicé que yo soy escritor y periodista, profesional en ambas materias, y hablo y escribo como es mi necesidad personal pero, sobre todo, como es mi obligación para con la sociedad; mas si "alguien" no quiere ni desea escucharme ni leer lo que yo escribo, resulta que, por mucho que lo intente, yo no puedo trabajar con ese "alguien" que se olvida de mí porque ni me comprende ni me entiende al no querer ni desear escucharme o leer lo que yo escribo. Me es del todo imposible comunicarme con él porque él cierra toda posible comunicación. Y ante eso no es que yo me lave las manos sino que me es imposible actuar porque yo sí le comprendo y le entiendo pero él ni me comprende ni me entiende porque se niega a comprenderme y entenderme. Con ese "alguien", que olvida quien soy y para qué estoy aquí, simplemente no puedo trabajar. Y si todos son los que ni me escuchan ni quieren leer lo que escribo, simplemente, y guardando silencio y respeto, hago las maletas y me voy a otro mundo. Y además añadí que no dije que todos los que tienen grandes conocimientos no se los comunican al pueblo sino que hay muchos que tienen muchos conocimientos y se los guardan, de manera egoísta, para alimentar su propio ego dejando a los demás hambrientos porque están metidos en "su torre de marfil" como escribió James Joyce en su "Ulises", o solo los comparten con el pequeño grupito de intelectuales que conocen tantos conocimientos como ello y, pensando en esto, durante la comida que compartí con algunas personas (un hombre y tres mujeres para ser exactos) había yo llegado a una espontánea fórmula social que es la siguiente: Inteligencia Cognitiva (que es lo que conocemos) más Inteligencia Emocional (que es lo que sentimos hacia los demás) es igual a Inteligencia Intelectual Positiva; pero, por el contrario, Inteligencia Cognitiva (que es lo que conocemos) menos Inteligencia Emocional (que es lo que sentimos hacia los demás) es igual a Inteligencia Intelectual Negativa.
Y al final maticé, en el Acto de Clausura, que debemos ya de terminar con eso de llamarnos gentes (que muchísimas veces es peyorativo) y debemos de empezar a llamarnos personas (que siempre es positivo). ¡Si los medios de comunicación de masas (prensa, radio y televisión) nos han olvidado y no quieren saber nada de nuestras existencias porque son aparatos movidos por las fuerzas del poder económico y político visible u oculto, olvidemos e ignoremos también nosotros a los medios de comunicación de masas (y os lo dice un periodista profesional como soy yo) y hablemos cara a cara con las personas pasando olímpicamente de los medio de comunicación de masas vendidos a los poderosos para comernos el coco y alienarnos del todo! El cambio eres tú. Actúa.
Estimados ciudadanos y estimadas ciudadanas de Molina de Segura que me han escuchado o que ahora me están leyendo: ¡Me niego rotundamente a llamaros gentes sino que os prometo (y yo siempre cumplo con lo que prometo) que seáis quiénes seáis, penséis cómo penséis, sean cuales sean vuestras ideas o vuestra ideología o vuestras creencias, yo os llamaré siempre personas porque deciros gentes (como muchos hacen en sus discursos y en sus mítines y ya sabéis de quiénes os estoy hablando) os están denigrando al rebajaros "desde arriba" donde están ellos a la condición de grupo de ganado sin consideraros nada más que una masa. ¡Por eso, ciudadanos y ciudadanas de Molina de Segura y del mundo entero, seáis quiénes seáis, yo os llamaré siempre ciudadanos y ciudadanas pero sobre todo personas porque ser personas es una dignidad que os merecéis por el simple y sencillo hecho de ser seres humanos, hombres y mujeres y no animales ni cosas! ¡Hombres y mujeres que sois conjuntos de personas y no animales formando grupos de cosas a las que es fácil manipular cuando os consideran solamente gentes! ¡La semántica es muy importante en la dialéctica política y en el discurso político (y ellos bien que lo saben) porque la semántica nos dice cuál es nuestra manera de hablar, y nuestra manera de hablar y emplear las palabras demuestra, al final, quiénes somos cada uno de nosotros, cómo nos dirigimos a los demás cada uno de nosotros y, sobre todo, cómo tratamos a los demás cada uno de nosotros! Por eso, ciudadanos y ciudadanas de Molina de Segura y del mundo entero, conjunto (no grupo de animales sino hombres y mujeres formando el conjunto de los seres humanos) yo nunca os despreciaré llamandóos gentes sino, seáis quiénes seáis, siempre os respetaré, en el nombre de Jesucristo y siguiendo las palabras de Jesucristo cuando dijo amaos los unos a los otros, llamandóos personas!