Ya no tardes más, amor, no tardes en acudir a nuestra cita amorosa indestructible. Mira que los relojes no detienen su tiempo y cada hora perdida en la indecisa meditación es hora vacía, un "agujero negro" que queda sin llenar para siempre.

Ya no tardes más, amor, no tardes... que Cronos sabe que al final va a ser destruído y se dedica a devorar las horas como decisión desesperada. No consientas que Cronos devore nuestro tiempo amoroso por más segundos.

Ya no tardes más, amor, no tardes... que Cupido ya lanzó su flecha y nos dejó marcado su sello amoroso y la diosa Venus está impaciente para que tú llegues a la cita cuando todavía tengamos tiempo para amarnos.

Ya no tardes más, amor, no tardes... que en el tronco del almendro florecido están grabados a filo de cuchilla tu nombre y el mío en un mismo corazón y es hora de amarnos tiernamente.

Ya no tardes más, amor, no tardes... que te estoy esperando con los brazos abiertos y tengo el lecho preparado debajo del almendro... no tardes más... que hasta el sauce llorón suelta lágrimas porque ve como el Tiempo no se detiene y tú sigues durmiendo en el sueño.

Ya no tardes más, amor, no tardes... despierta de ese profundo sueño en que me estás amando y ven al almendro donde te estoy esperando para hacerlo realidad.

Ya no tardes más, amor, no tardes... que el Gran Dios del Universo, el que está por encima de todos los dioses del Olimpo, está impaciente para que formemos una unión amorosa con nuestros cuerpos. No hagas caso a los Grandes Sacerdotes del Pecado y escúchale a Él. Escucha su Voz llamándote para que despiertes y acudas aquí, a este almendro florecido donde tengo preparado el lecho debajo de nuestros corazones unidos por la flecha que soltó Cupido.

Ya no tardes, amor, no tardes... que ningún reloj detiene el Tiempo...

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