Y si por subsanar heridas se acabaran, agravando, más abiertas y más profundas
Y e aquí nosotros, desertados a cién mil pies del suelo con más culpas que pecados, con más rabia que odio...
Y por consiguiente, solo puedo alegar ante el supuesto de hecho, que como consecuencia jurídica me declaro y me declaré culpable ante cualquier cargo que me atañe, ya sea conocerte o conocernos, me declaro culpable de buscarte en el insomnio, también me declaro culpable de que me sigas mirando de reojo cada vez que paso por delante del espejo, a posta, solo para recordarte que no puedes olvidarme, me declaro culpable de ser tu sombra, la que te acompaña sin que te des cuenta, me declaro culpable por condenarnos a perdernos, me declaro culpable básicamente, por ser yo y no nadie, quién sucumbe absurdamente en mi ego.
