TusTextos

Tù.

Hasta que todo nos lleva a besarnos entre sonidos y colores de una noche en el “cutre”. Luego la chispa continúa, y el beso se hace maravilloso. Un lugar demasiado espacioso para un amor tal vez demasiado pequeño. Ella con una flor. Una sola, dice, porque al menos es especial, única, no perdida entre un ramo, confundida con otras. Un beso, uno solo no. Otro. Y otro más. Manos que se entrelazan, ojos que se buscan y se encuentran despacio, aromas nuevos. Esa vez. Momento único. Que desearías que no acabase. Que fuese el inicio de un todo. Descubrirse vulnerables y frágiles, curiosos y dulces. Una explosión. Al día siguiente ella me busca, viene y me dice:

Y comprender que amar a una persona es sentirse ligeros y libres. Es saber que no pretendes apropiarte del corazón del otro. Que no es tuyo. Que no te pertenece por contrato. Debes merecerlo cada día. Y se lo dices. Se lo dices a ella. Y eres consciente de que hay respuestas que deben cambiarse. Es preciso salir y partir para encontrar el camino adecuado…

Porque luego te das cuenta de que cuando quieres a alguien que se te va, intentas detenerlo con las manos, y esperas poder atrapar así también su corazón. Pero el corazón tiene piernas que no ves. Y tu ex pareja se va diciéndote: , Pero el amor no es una deuda que hay que saldar, no regala créditos, no acepta descuentos.
Dosesses04 de agosto de 2011

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