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El Ángel de la Vida

EL ÁNGEL DE LA VIDA


La familia Hernández

La familia Hernández Guzmán, es una familia como todas, tienen inconvenientes como cualquiera, afrontan los dolores de cabeza que conllevan las decisiones tomadas por sus miembros más jóvenes, guiados por un padre quien al intentar hacer de padre y madre a la vez, nunca cumplió con ninguno de los dos roles.


Ernesto

Ernesto Hernández Torres, tiene 49 años, es el padre de esta familia, ha dedicado los últimos 21 años de su vida a velar solo por su familia, a sacarlos adelante, trabajando duro como panadero, con el fin de que a su familia no le falte nada material, - lo demás vendrá por añadidura -, piensa él; tuvo que hacer de papá y mamá desde el día que su hija menor nació, pues su esposa dejo de existir aquella noche; fue una noche muy difícil, es de esas noches que simplemente quisieras borrar de tu cabeza, ella se llamaba Zara, Zara Guzmán Reyes, era la única mujer que había amado en toda su vida, fue la única que lo comprendió, capaz de controlar todos su defectos, hubiera dado su vida aquella noche con tal de que siguiera viva, pero no es algo que puedas hacer por mucho que lo desees; esa noche aquel hombre terco e introvertido se convirtió en madre y padre de 3 niños, algo para lo que estaba preparado, pensó en abandonarlos a su suerte, salir corriendo, buscar la manera de acompañar a su amada Zara por toda la eternidad, pero sabía que ella lo odiaría si no hiciera todo lo que estuviera a su alcance para formarlos como ciudadanos de bien


Ester

Ester Torres, es la más experimentada de la casa, a la edad de 73 años, trata de ser la guía espiritual de sus nietos, reconoce el trabajo duro de su hijo Ernesto, es ella quien los cuida mientras el padre está trabajando desde la madrugada, sin embargo, sabe de la falta que una madre le hace a los muchachos; se arrepiente de haber permitido el duro régimen que el padre de Ernesto aplico en el muchacho, pues muchas de estas muestras de disciplina florecieron en el hoy padre, no está de acuerdo con las actitudes machistas que muestra frente a su familia, y lo peor de todo es que el único varón de los 3 hijos, desde joven comenzó a mostrar su empoderamiento machista.


Marcos

Marcos Hernández Guzmán, a sus 25 años no ha hecho mucho por su vida, ha intentado en 3 carreras universitarias, las cuales abandona alegando que no cumplieron sus expectativas, las novias que consigue no le duran mucho, el piensa que las puede tratar mal y que al igual que sus hermanas, están ahí para servirle, su padre no dice nada ante esta situación, pues piensa que a las mujeres deben ser controladas para que no estén de pecadoras, sin embargo ninguno de los dos se ha dado cuenta que lo único que han hecho es crear un deseo por parte de las hermanas menores de irse de la casa y formar su familia con un hombre completamente diferente a Marcos o Ernesto.


Marta

Marta Hernández Guzmán, a sus escasos 23 años ha tratado de salir adelante, de estudiar, trabajar, ser libre, pero el entorno controlador en el que creció fue prácticamente imposible, no podía ir a casas de compañeras a hacer tareas por que Marcos se encargaba de envenenar a su padre, diciendo que eran pretextos para verse con alguien, la llevaban y la traían de regreso al colegio, por más que estudiara en su casa no tenía la oportunidad de realizar los trabajos grupales, ir a biblioteca o a tutorías para resolver sus dudas, supo entonces que la única salida de su casa era formando un hogar, cosa que tampoco sería fácil, sin embargo un muchacho de la iglesia se había interesado en ella, y aunque al principio no tenía la aprobación de los hombres de la casa, poco a poco fue ganándose su confianza mostrándose como alguien digno de la mayor de las hermanas, Marta no tuvo otra opción que fingir que estaba enamorada de los detalles de aquel muchacho, aunque lo que en realidad quería era salir pronto de su casa, por lo cual Marcos y Ernesto no tuvieron otra opción que permitirles la relación, eso sí, condicionándolo a un matrimonio temprano con tal de conservar el honor de la familia.


Silvia

Silvia Hernández Guzmán, es la menor de todos los hermanos, a sus 21 años ha tenido que soportar todo tipo de humillaciones por parte de su padre, quien en secreto la culpa de la muerte temprana de Zara, Ernesto nunca entendió por que el doctor no salvo a su esposa y dejo morir a Silvia, tal vez eso hubiera sido mucho mejor para toda la familia, la pequeña Silvia esta tan acostumbrada a los malos tratos por parte de Ernesto y Marcos, que siempre permitió los mismos tratos en el colegio y en el instituto donde ocasionalmente le hez permitido adelantar cursos, ya que su padre y su hermano piensan que lo que ella debe aprender es a cocinar, lavar y atender a su futuro esposo; ella sabe que la salida más factible de su casa es la que uso su hermana Marta, sin embargo, es demasiado introvertida, no habla con nadie más a parte de su abuela Ester, quien es la única que comprende a la joven, además ningún muchacho ha mostrado el interés suficiente en ella como para querer hablar con sus dos papás.


La muerte de Zara

Las contracciones eran cada vez más fuertes, todo indicaba que Silvia estaba próxima a nacer, Ernesto estaba desesperado, entre los malestares de su esposa y los berrinches de sus dos pequeños hijos lo iban a volver loco, pero hacia lo posible por no trasmitirle esa desesperación a su esposa y a su bebe que estaba próxima a nacer, llama a su señora Madre para que por favor cuide los niños mientras el lleva a Zara al Hospital, en pocos minutos Ester llega a la casa y Ernesto sale disparado con su esposa para el servicio de urgencias, durante el camino ella sospecha de que algo no está bien.
- Ernesto
- Dime mi vida
- Debes prometerme algo
- ¿De qué hablas?, no gastes tus energías tratando de hablar, ya casi llegamos, todo estará bien
- Si algo sale mal, prométeme que no permitirás que nada le pase a nuestros hijos
Ernesto comienza a desesperarse, Zara siempre ha sido una mujer muy optimista, no entiende por qué en un momento como este, piensa de manera negativa
- No va a pasar nada, esto es algo normal, confía en Dios
Casi sin fuerzas Zara vuelve y dice
- Prométemelo
Ernesto asiente con la cabeza, esperando que de esta manera se acabe esa incomoda charla y se enfoquen más en el nacimiento de Silvia; al llegar al hospital Ernesto nota que algo anda mal, Zara se ve muy débil, nada parecido a los dos últimos partos, desesperado llama al Doctor, quien ordena ingresarla inmediatamente a una sala, solo quedaba esperar.
Los minutos se convertían en horas, no había noticias de ninguna de las dos, solo veía entrar y salir médicos, enfermeras corriendo por todos los lados, hasta que por fin sale un doctor y pregunta
- Familiares de la paciente Zara Guzmán
Casi como un rayo se levanta de su silla y se para enfrente del doctor
- Soy yo doctor, cuénteme, como esta mi esposa y mi bebe
- No son buenas noticias las que traigo, hubo una complicación, estamos haciendo lo posible, pero va a ser muy difícil salvarlas a las dos
Sin pensarlo ni un momento y casi de manera automática Ernesto responde
- Salve a Zara doctor, ella es la más importante
- ¿Pero cómo puede usted decir algo así en un momento como este?
- Discúlpeme doctor, pero mis otros dos hijos aún son muy pequeños, ellos necesitan a su madre, yo la necesito
El doctor sin entender lo que el desesperado padre indica, da media vuelta y se retira, no comprende como una decisión tan difícil puede ser tomada en fracción de segundos.
Las indicaciones del médico preocupaban aún más a Ernesto, las horas pasaban y nadie decía nada, preguntaba a las enfermeras, pero ellas solo decían que la información seria brindada por el especialista tan pronto como obtuvieran más resultados; de pronto se abren unas puertas, salen varios hombres vestidos de blanco empujando rápidamente una camilla, en ella va Zara, la llevan para quirófano, Zara levanta su mirada intentando buscar a su esposo, esa mirada jamás se borrara de su mente, tenía la cara pálida, ojos irritados, ojeras pronunciadas, su cabello desarreglado cubriendo parcialmente su ojo izquierdo, sus labios morados y entreabiertos; ella al verlo levanta su mano derecha como aclamando ayuda, el intenta acercarse pero se lo impiden, después de eso, otras puertas se cierran a su paso perdiéndola de vista, sería la última vez que el la viera con vida.
Tres horas después sale el medico que la atendió, se para frente a Ernesto sin pronunciar palara alguna, Ernesto al verlo rompe en llanto, sabe que algo trágico sucedió, el doctor trata de consolarlo
- Hicimos lo que pudimos, pero, desafortunadamente la madre falleció
Ernesto esta desconsolado, su más preciado tesoro había partido, no le importa nada, ni sus dos pequeños hijos, ni la que acaba de nacer, siente mucha rabia, quiere morir, piensa en la manera de acompañar a su amada en la eternidad, pero de manera instantánea recuerda sus últimas palabras, la promesa que le hizo, y aunque sabía que debía cumplirla, el prefería morir.


La vida de Silvia

La vida de Silvia ha sido algo dura, no ha tenido muchos amigos, siempre se la pasa sola y retraída, siempre se veía triste en los momentos en que en el colegio organizaban eventos para las madres y todos sus compañeros menos ella, llegaban con sus mamitas a los salones; a veces se quedaba pensando como hubiera sido tener una mama.
Su aspecto no siempre era el mejor, a veces asistía algo desarreglada a clase, lo que la convertía en objeto de burlas, era el patito feo de su clase, cuando por fin término el colegio pensó que todo acabaría, sin embargo en el instituto donde adelanta estudios técnicos, las cosan siguen igual, no habla con nadie, es muy introvertida y sin que ella se dé cuenta, no permite que nadie se le arrime, si algún muchacho se acerca para saludarla, ella instintivamente voltea su cara o se retira del lugar, si bien la falta de afecto no es culpa de ella, tampoco ha querido hacer algo por mejorar, pues ni con las psicólogas habla.
Su única amiga es una joven mayor que ella que se encuentra al momento de salir para el instituto, no le da muy buenos concejos, la insta a que se busque un hombre para que la mantenga y de esta manera pueda salir del manicomio donde vive; al igual que Silvia, piensa que la vida no tiene sentido, trasmitiéndole constantemente estos pensamientos a Silvia.


Encuentro cercano con la muerte

Cierta noche Silvia estaba recibiendo clases en el instituto, debía exponer cierto tema a la clase, sin embargo las palabras no le fluyen, comienza a tartamudear de los nervios que sentía, en ese momento un compañero de clase le dice de forma burlona
- Más bien siéntese rara, que ni para hablar sirve
Silvia piensa que la burla es de toda la clase, inmediatamente sale del salón sin ni siquiera recoger sus libros; es una noche muy oscura, pronto comenzara a llover, pero ella esta tan triste que solo piensa en llegar a casa.
Al llegar a casa sube al cuarto de su abuela Ester, pero ella ya duerme, los medicamentos tan fuertes que ha debido tomar le exigen un mayor descanso, solo quedan dos personas en la casa con las cuales poder hablar de lo sucedido en el instituto, pero Silvia sabe que no conseguirá que le presten la suficiente atención, así que desconsolada sube a su cuarto y se encierra sin comer.
Comienza a llover fuertemente, Silvia se recuesta sobre su cama y empieza a pensar en su madre nuevamente, como hubiera sido todo de diferente si ella hubiera estado, piensa en lo mal que la hizo sentir el muchacho en el salón de clases, piensa en la vida triste que lleva
- No puedo ni salir de esta casa, tal vez hubiera sido mejor no nacer, mi amiga tiene razón, la vida no vale nada
Acto seguido, se levanta de su cama, toma una silla y una cuerda que encontró en el cuarto de herramientas de su padre, cierra la puerta de su habitación con llave y piensa que el ruido que hacen los relámpagos es el mejor aliado para que nadie escuche el ruido de la silla cuando caiga al piso, sujeta con fuerza la cuerda a una viga de madera que sobresale del techo de su habitación, amarra el otro extremo a su cuello, pide perdón a su abuela en silencio, piensa que será la única persona que la va a extrañar, está casi segura que sus hermanos continuaran con sus vidas como si nada hubiera pasado y su padre por fin va a descansar de ella.
Ya no hay vuelta atrás, tal vez esta sea una salida a tantos años de sufrimiento y soledad, intenta pensar en algo positivo que la haga arrepentirse de tan fatal decisión, pero no encuentra ninguna razón; toma impulso para tirar la silla al piso y no ser traicionada por el instinto de supervivencia que la haga tratar de tomarla nuevamente, respira profundo y salta, estos se convierten en los segundos más largos de su corta existencia.
La gravedad hace lo suyo, como era de esperarse su cuello comienza a ser apretado por esa cuerda y el peso del cuerpo la hace sentir que algo trata de halarla al piso para poder arrancarle la cabeza, siente que pierde los sentidos, la respiración empieza a faltar, sabe que solo faltan segundos para que pierda el conocimiento y no vuelva a despertar jamás, cierra los ojos, solo quiere que todo pase de una manera rápida y con el menor dolor posible, la soga continua apretando, pero siente que ya todo está terminando, siente que por fin todo acabara y podrá al fin conocer a su joven madre.
Misteriosamente ya no siente dolor, ya no escucha la lluvia, su cuerpo ya no pesa, es como si el tiempo se hubiera detenido, sabe que todo ya termino, y dice mentalmente
- Debo estar muerta, fue más fácil de lo que pensé
Abre sus ojos y se da cuenta que algo no está bien, aún está en su cuarto, puede ver en el piso la silla, puede ver el reloj que días antes le indicaba qué tan tarde iba para el colegio, pero sus manecillas no se mueven más, todo está en silencio absoluto, sin embargo siente una presencia que no había notado antes, siente pánico, no se atreve a mirar atrás, en ese momento escucha una voz que le dice
- Aún no lo estás
Silvia no sabe qué hacer, sin embargo en un intento por comprender que está pasando, pregunta sin voltear a mirar
- Quien eres
La voz se demora para responder, hay silencio absoluto y una fuerte expectativa por parte de Silvia, hasta que la voz aparece de nuevo
- Mi nombre no es importante, lo importante es a que vine
- A que viniste entonces, a reprocharme
- No, vine para que entres en razón
- Es algo tarde ¿no lo crees?
- Los tiempos de Dios son perfectos, he llegado en el momento que tenía que llegar, aun puedes aprender muchas cosas sobre la decisión que acabaste de tomar, te servirá más adelante
- No entiendo, ¿estoy muerta o no?
- Aun no, en medio de tu decisión te he sacado de tu mundo material y te eh traído a un mundo espiritual
- Bueno, pero si piensas demorarme, podrías bajarme de aquí, aunque no siento dolor y mi cuerpo no pesa es algo incómodo estar acá colgada de esta soga
- Es irónico no, tú fuiste la que se colocó esa soga en el cuello, pero lo que me pides lo puedes hacer tú, sólo desea bajarte y lo harás, como ya dije no te encuentras en este momento en el mundo material, es por eso que puedes hablar conmigo, cuando vuelvas al mundo material sentirás nuevamente la agonía de la decisión que tomaste
Como por arte de magia Silvia baja al suelo, todo sigue congelado, voltea a mirar a su extraño compañero, es un joven normal, cabello corto, piel blanca, semejante a un chico universitario con jeans y camisa manga larga
- No sabes lo que yo he vivido, no deberías juzgar mi decisión
- Sin importar lo que hayas vivido, existen otras salidas a los problemas, a lo único que los humanos no pueden dar solución es a la muerte, de resto siempre habrá algo que hacer, lo que pasa es que si no tienes fe en Dios no veras la salida a los problemas
- Tu no entiendes, lo único que he hecho en mi vida es molestar a mi familia y hacer que ellos me odien todos los días más, soy un estorbo en sus vidas, creo que sólo mi abuela me quiere
- Te equivocas, ellos te quieren, es solo que no puedes construir un edificio en un día y las relaciones con tu familia es algo que debes cultivar y trabajar todos los días, además de eso debes de pedir a Dios que te ayude a ablandar sus corazones para que se den cuenta de lo que vales
- Suena fácil, pero las decisiones que tomé solo me alejaron más de ellos, ¿dónde estuvo Dios en esos momentos?
- Solo Dios sabe cómo, cuándo y por qué pasan las cosas, como ya te lo dije, sus tiempos son perfectos, tal vez te faltó confiar más en él y ponerte a su disposición para que fuera su voluntad la que se cumpliera contigo
- Pareces un consejero, yo creo que Dios se olvidó de mi desde que nací
- Y como sabes que de la manera que ocurrieron las cosas no era la mejor manera
- ¿Bromeas acaso?, recuerdo mal contadas 5 decisiones, que solo hicieron daño a mi familia
- Te gustaría saber qué hubiera pasado si las decisiones que tomaste, hubieran sido diferentes
- Qué e ganaría con eso, igual ya estoy muerta
- Aun no lo estas, solo abandonaste el mundo material por un rato, ya retornarás a él, después de que sepas si en verdad fueron tan equivocadas tus decisiones
- Pero aún no me dices quien eres tú y por qué haces esto
- Soy un Ángel y solo quiero que comprendas lo equivocada que estás
- Está bien


Decisión N° 1

- Por dónde quieres empezar
- Tal vez mi primera mala decisión fue a los 13 años, cuando decidí tomar clases de piano por sugerencia de mi consejera escolar
En ese momento, su cuarto se ilumina y no puede ver nada más que una luz cegadora, cuando ésta ha cesado, se encuentra a 20 metros de la entrada de su casa, es un día soleado, y aunque Silvia reconoce la casa, algo no encaja
- Aunque esta es mi casa, el vecindario y la fachada de mi casa se ven como raros
- Es porque es tu casa pero hace 8 años
De repente se abre la puerta de su casa y sale la pequeña Silvia de 13 años, lleva un lindo vestido y un listón blanco en su cabeza.
- Es imposible, acaso ¿esa soy yo?
- Así es
- No puedo creerlo, quiero abrazarla y decirle que no está sola, ¿puedo?
- Me temo que no puedes, acuérdate que no estás en el mundo material, haz de cuenta que ves una película muy realista, es como una simulación
- Era hermosa
- Sigues siéndolo, pero dime algo, por qué aprender un instrumento fue una mala decisión
- Creo que a papá no le gustaba que yo perdiera mi tiempo en eso, él quería que yo aprendiera cosas que fueran útiles para mi vida como ama de casa
- ¡Bromeas acaso!, son muchas cosas buenas las que te aporta a tu vida practicar piano, empieza por la disciplina
- Sí, pero mi padre nunca lo vio así, él pensó que eso no servía, pero igual terminó aceptándolo porque así se lo pidieron en mi colegio
- Quieres saber qué hubiera pasado si no hubieras tomado esas clases
- Sí, creo que las cosas hubieran pintado mejor
- Si eso es lo que quieres, está bien
Nuevamente la luz encandila a Silvia, y cuando puede ver nuevamente el entorno, se encuentra nuevamente a 20 metros de la casa, pero parece otra casa, otros colores, a lo que Silvia pregunta
- ¿Dónde estamos?
- ¿Acaso no reconoces la casa?
- Se parece mucho a mi casa, pero no estoy segura, no recuerdo nunca haberla visto de ese color
- Es porque ya no vives acá
Con una risa algo burlona Silvia lanza una aseveración
- Ves, te lo dije, mínimo vivimos en un mejor barrio
- Te equivocas, no vives en ninguna casa
- ¿Algún apartamento?
- No
- No te entiendo, entonces donde vivo
- En ningún lado
- Eso no resuelve mis dudas
- Te mostraré
El ángel toma de la mano a Silvia y la lleva volando varias cuadras lejos de su casa, hasta que llegan a una zona donde solo se ven cambuches sucios y muchas personas consumidas por las drogas, Silvia se encuentra impactada sin saber porque ha sido llevada a este lugar y pregunta
- ¿Acaso soy voluntaria en este sitio?
- No, habitas en la calle, donde te coja la noche y el cansancio
- Ahora el que bromea eres tu
- Un ángel nunca miente, ¿no te reconoces entre estas personas?
Atónita, empieza a buscar una a una entre las personas que allí se encuentran, hasta que ve a una niña parecida a ella, sin embargo, está muy pálida, débil y muy baja de estatura y peso, cuando la ve a los ojos grita y retrocede, el Ángel le pregunta
- ¿Qué te pasa?
Tartamudeando ella responde
- Eeesa no puedo ser yo, es imposible, por qué habría de vivir en la calle, si tenemos casa
- Prácticamente no, tu papá la vendió
- ¿Qué?, ¿por qué?
- El dinero que tuvo que gastar en tus tratamientos, lo dejaron lleno de deudas
- ¿Mis tratamientos?, ¿enfermé?
- Caíste en las drogas, el tiempo que no dedicaste a la música, se lo has dedicado a las malas compañías, alguien te dijo que esa era la solución a todos tus problemas, desafortunadamente has iniciado un viaje sin regreso, mírate, ahí estas
- Esa no puedo ser yo, es otra persona
- No, esa eres tú
- No puedo creerlo
- Lo más triste de esta historia es que en esta rama, te quedan pocos días de vida
- ¿A qué te refieres con rama?
- Asemeja el inicio de tu vida al tronco de un árbol, de este tronco se desprenden muchas ramas, algunas con muy buenos frutos, alguna sin frutos y otras ramas marchitas, cada rama simboliza una decisión trascendental en tu vida, al momento que vas tomando decisiones, vas generando un camino hacia una rama, si tomas las decisiones correctas llegarás a buenas ramas, pero si tomas decisiones equivocadas, tu rama no podrá ser muy buena que digamos, lo que quiere decir que la Silvia que estás viendo, en algún momento de su vida escogió un camino diferente y llegó a ser lo que ves ahora
- Es muy difícil de creer, pensé que solucionaría de alguna manera la vida de mi familia, pero antes la he empeorado
- Ya entiendes cuando digo que debes de confiar más en Dios, él sabe porque te pone ciertos retos, y si confías en él lo suficiente, saldrás victoriosa, habiendo aprendido algo que te ayuda a ser mejor ser humano, él pone en tu camino lo mejor para ti, cuando empezaste tus clases aprendiste a usar mejor el tiempo
- Tal vez lo menos peor
- Muchacha, ¿acaso no crees lo que tus propios ojos ven?
- Sí, pero aunque mi final no fue al lado de las drogas, si fue bastante trágico, la única diferencia es que no afecte económicamente a mi familia como lo hace esta muchacha que tú dices que soy yo, ya no quiero estar acá


Decisión N° 2

Ante la petición de abandona el sitio, los dos salen de allí de nuevo para la casa de Silvia,
- ¿Alguna otra decisión en la que creas que obraste mal?
- Bueno, hace unos años me fui de mi casa, eso sí que estuvo mal
- ¿Eso crees?
- Vamos, que de bueno puede tener eso
Tras otro resplandor, están los dos parados al frente de la casa de Silvia, solo que esta vez es de noche
- Por lo menos ahora la reconozco
- Es solo la casa lo que reconoces
- Creo que si
- Observa bien
Silvia enfoca su mirada a la ventana de su cuarto, observa que esta se abre y alguien parece salir
- No puedo creerlo, soy yo huyendo de casa por la ventana de mi cuarto, no era consciente de que era tan pequeña
- Tan solo tenías 14 años
- Pensaba que era muy grande en ese momento
- No solo eso, pensabas que eras invencible
- Después de esto preocupé mucho a mi familia, les hice mucho daño, no podrás decirme que si esto hubiera pasado todo estaría peor
- Muchacha, tu terquedad no tiene límites, ¿acaso no te he dicho que cuando tomaste esas decisiones aprendiste algo?, pero bueno, debes verlo por ti misma
De inmediato son transportados unos años más adelante, están parados al frente de la misma casa; Silvia aun no ve ningún cambio, pensando que no ha pasado el tiempo, afirma
- Comienzo a creer que solo tienes poder para traerme al frente de mi casa, que no podemos entrar
- Entra por favor, es necesario que lo hagas
Al acercarse al frente de la puerta de su casa, Silvia observa muchas personas vestidas de negro, tristes y un féretro en la mitad de la casa, sin entender que pasa, pregunta
- Pero ¿Qué es esto?
- Es un funeral
- ¿Qué?, ¿pero de quién?, es acaso el mío
- No, es el de tu hermana Marta
- No puedes estar hablando en serio, que ha pasado, quienes son esos dos pequeños niños que lloran desconsoladamente al lado del ataúd
- Son tus sobrinos, Zara y Miguel
- Zara, la niña tiene el mismo nombre de mi madre, no puedo creerlo son hermosos, quisiera abrazarlos
- Esos dos pobres niños han quedado solos en el mundo
- Qué momento más triste, explícame que pasó acá.
- Como no te fugaste de la casa, tu hermana no aprendió lo valioso de la unión familiar, se fue más temprano de casa de lo esperado, en su afán por salir a un nuevo hogar, se fue a vivir con un hombre machista, mujeriego y bebedor, cada vez que se emborrachaba la maltrataba delante de sus dos hijos
- ¿Él la mato?
- Los golpes que recibió en la última borrachera de su esposo no le permitió seguir con vida, por fin descansa en paz de ese mal hombre
- Y lo dices así tan tranquilo
- No me culpes de tus inseguridades, fuiste tú quien quiso ver qué hubiera pasado si…
- Esto no tiene sentido, es ilógico que con decisiones tan pequeñas que pensé que sólo me involucraban a mí, haya afectado tanto a mi familia.
- Cuando algo malo te pasa y Dios permite que te pase, es porque algo debes aprender tú y las personas que están a tu lado, todo pasa por algo, nada se deja al azar
- Dices acaso que a Dios le gusta vernos sufrir
- Recuerdas las ramas de las que te hablé, en realidad tú decides por cual te vas, Dios quiere que seas feliz, pero a lo largo de tu recorrido por las ramas debes aprender muchas cosas, y en muchos casos con tus decisiones escoges la manera difícil de aprender, no olvides que él nos dio el libre albedrío
- ¿Qué es eso?
- Es la libertad que tú tienes de tomar tus propias decisiones, sin estar presionada para hacer el bien o el mal, sin embargo, no debes olvidar que todo acto conlleva una consecuencia
- Ahora entiendo, pero por favor, llévame a un tiempo en el que mi hermana esté viva, no soporto ver tanto dolor


Decisión N° 3

Silvia y el Ángel se encuentran en un lugar apacible, donde nada pueda inquietar a la joven, el Ángel le pregunta
- Alguna otra decisión que te gustaría cambiar
- Con lo que me has mostrado creo que me da susto seguir hablando, pero creo que la siguiente decisión no podrá generar nada malo
Después de las palabras de Silvia, el Ángel la toca en el hombro y nuevamente un destello aparece, cuando la luz ha cesado, ambos se encuentran ante un accidente de tránsito
- Como sabías que te hablaría de este accidente de tránsito
- Te conozco desde hace mucho tiempo, sabía que vendríamos aquí
- Este accidente acabó con los ahorros de mi familia y las ilusiones de unas vacaciones en la playa
Silvia se acerca al auto de la familia y se puede ver inconsciente entre las latas retorcidas
- El costo de este accidente fue tan alto, que quedamos con muchas deudas, gracias a Dios salí ilesa de este accidente
- Hasta que lo nombras para agradecerle, vamos mejorando
- No podrás decirme que si cambio esta decisión no va a ser para bien
- Todo debes aprenderlo por ti misma
En ese momento la luz cegadora aparece de nuevo, pero cuando Silvia puede ver de nuevo, se encuentra frente al accidente de tránsito
- Perdiste tus poderes acaso, seguimos acá
- Mira bien
- Déjame ver, el mismo auto de mi familia, veamos si soy yo quien conduce
Silvia nota que aunque es el mismo carro, no está en el sitio en el que ella se accidento y no es el mismo vehículo contra el que ella se accidentó, rápidamente va al frente para observar quien conduce, descubriendo que es su hermano mayor Marcos, quien luce inconsciente y bastante herido
- Dime que no está muerto, ¡dímelo¡, esto no puede ser, me estoy cansando de tus simulaciones que solo busca matar a mi familia, acaso intentas hacerme sentir peor de lo ya me siento
- Tranquila, debes calmarte, él no está muerto, pero su estado de salud es grave, el no volverá a caminar
- No entiendo, que paso
- Pasó que la idea de aprender a conducir solos, no era solo tuya, Marcos también la tenía, cuando tú te accidentaste, tu hermano aprendió a valorar más su salud, en esta rama del árbol también lo aprendió, solo que de la manera difícil
- Vámonos de aquí, creo que voy a vomitar


Decisión N° 4

Nuevamente el Ángel lleva a Silvia a un lugar que le genere paz y tranquilidad y le pregunta
- Te encuentras bien
- No lo sé, son demasiadas emociones para un solo día
- Si quieres terminamos con esto
- No, estoy segura que la próxima decisión traerá algo bueno, estoy segura
- Está bien
- Cuando tenía 17 años, robe un dinero de mi padre, yo no sabía que era para los medicamentos de mi abuela Ester, el caos fue total, me sentí tan mal esa noche
Mientras las lágrimas corrían por el rostro de Silvia, el Ángel los llevó a ese momento en el que ella toma el dinero y huye, Silvia observa a su versión más joven y empieza a gritarla
- Estúpida, que haces, le haces daño a la única persona que nos ama
Silvia intenta detenerla pero el Ángel se lo impide
- Sabes que no puedes hacer nada, lo que hiciste ya está hecho
- Es tan triste ver lo tonta que he sido toda mi vida, no puedo creer tantos errores que he cometido, no hice nada con mi vida
- Solo Dios sabe el porqué de las cosas buenas o malas que nos suceden
- Quisiera tener la fe en él que tienes tu
- Solo cree, confía y espera, él se encargara del resto
Silvia continúa llorando, el Ángel toma su mano y la luz brillante nuevamente aparece, de repente están en un apartamento muy pequeño, Silvia pregunta
- ¿Dónde estamos?
- Es tu apartamento de estudiante de intercambio
- ¿Estudiante de intercambio?, donde estoy
- Estas en un país a 14 horas en avión de tu casa
- ¿Qué hago acá?
- Como no robaste el dinero, tu relación con tu abuela paterna nuca se fortaleció
- ¿Y eso que tiene que ver?
- Esa noche cuando te enteraste de que el dinero era para los medicamentos de tu abuela, fuiste y le pediste perdón, en silencio prometiste estar más pendiente de ella para reparar el daño, esa cercanía permitió que tu abuela supiera que era lo que en realidad te pasaba y que era lo que necesitabas para ser una mejor muchacha
- ¿y que fue?
- Amor…, de ahí en adelante ella se convirtió en tu ser más querido y se opuso rotundamente cuando tu padre pensó en enviarte al programa de estudiantes de intercambio
- Así que al no robarla, ¿nada de eso que me cuentas sucedió?
- Por fin lo comprendes, no lo que empieza mal, termina mal
- Pero, ¿qué tal es mi vida en este país?
El Ángel señala una de las habitaciones del pequeño inmueble y le dice
- Peor que en tu casa, entra y obsérvate
Silvia ingresa al cuarto señalado, observando una versión de ella, muy deprimida, sola en su cama y pregunta
- ¿Qué le sucede?
- Se siente más sola que nunca, está en un país del que no domina muy bien su idioma, no tiene amigos y su familia rara vez la llaman, ellos creen que como ella no los llama, no los necesita
- ¿Qué resulta de esta rama?
- En esta rama no falta mucho para que tomes la decisión de acabar con tu vida, tu padre pensando que fue su culpa por haberte enviado aquí, cae en el alcohol y tu familia se divide por completo
- Vaya, no imagine nunca que de alguna u otra manera, estuviera aprendiendo algo con mis decisiones equivocadas
- Todo lo que te pasa sucede por algo, inclusive lo malo y en ocasiones estas situaciones nos preparan para cosas mejores que están por venir
- En mi caso ya no importa, en cualquier momento retornare a esa cuerda y pasara lo inevitable
- Tal vez tengas razón, pero no olvides confiar siempre, sin importar lo difícil de la situación, confía en Dios
- Está bien, creo que me has convencido


Decisión N° 5

El Ángel toma a Silvia y después de un resplandor, están nuevamente en la casa de Silvia, ubicados en la sala, se escuchan gritos, en la casa se desarrolla una acalorada discusión
- Aun te falta una decisión
Silvia guarda silencio, trata de identificar que pasa en su casa, hasta que por fin recuerda y dice
- Estamos peleando
- ¿Quiénes?
- Marcos y yo
- ¿Porque?
- Me indagó por llegar tarde a casa, yo le conteste que a él no le importaba y empezamos a discutir, en este momento me está siguiendo por toda la casa con el fin de imponer su autoridad y de que yo le escuche su discurso, pero no estaba de acuerdo
- ¿y por qué quisieras cambiar esta decisión?
- Yo me subí al techo con tal de no escucharlo, y el subió detrás mío, pero él no tenía la misma experiencia mía subiendo al techo, así que se resbalo, se golpeó con el techo y cayó al piso, sufrió una fractura que lo dejo sin caminar durante seis meses
- Me imagino entonces que vas a querer saber qué pasa si no hubieras discutido con tu hermano aquella noche
- Aunque te parezca extraño, no quiero saberlo, ya entendí que todo pasa por una razón, tal vez él debía de estar esos 6 meses acá guardado en la casa para que algo peor no le hubiera sucedido
- Entendiste muy bien mi niña, creo que mi trabajo ha terminado
- ¿Qué quieres decir?
- Que debemos volver al punto de donde te saque, y debes retornar a tu mundo
Afrontando tus decisiones

En un abrir y cerrar de ojos, Silvia y el Ángel están nuevamente donde todo comenzó, Silvia sabe que no hay marcha atrás, debe continuar con la decisión que había tomado y le pregunta al Ángel, señalando el cuerpo físico suspendido de Silvia en el aire colgado de una soga
- ¿Hay alguna manera de detener esto?
- En mis manos no existe posibilidad alguna de hacer algo por ti en este momento
- ¿Porque no apareciste antes?
- Siempre he estado contigo, desde el día que naciste, cuando fuiste por primera vez al colegio, cuando te rechazaron en el colegio, cuando tomaste todas y cada una de las decisiones en las que estuvimos, siempre estuve ahí contigo, pero solo hasta este momento te fue permitido verme
- ¿Por qué?
- No tengo esa respuesta, yo solo confío en la voluntad de Dios y hago lo que él ordene
- ¿Te volveré a ver?
- Siempre estaré a tu lado, te quiero mucho
Después de decir estas palabras Silvia es halada por una fuerza sobrenatural, siente nuevamente la fuerza de la cuerda en su cuello, no puede respirar, y con sus últimas fuerzas y con lágrimas en sus ojos dice dentro de si
- Perdóname Dios
Ella sabe que no hay nada que se pueda hacer por la decisión que ha tomado, así que trata por no luchar y espera a perder el conocimiento, pero escucha un ruido parecido al de un derrumbe, siente entonces que un montón de tejas golpean su espalda y cae al suelo, en ese momento no entiende que está pasando, voltea su cabeza sin poder levantarse para ver qué ha pasado, el techo de su habitación ha cedido.
Cuando Silvia tenía 19 años, tuvo una discusión con su hermano, producto de ello Marcos cayó y golpeo una viga del cuarto de Silvia, provocando que esta viga se fisurara, y con el tiempo y las lluvias, esta viga de madera se encontraba en muy mal estado, esta fue la viga de la que Silvia decidió colgar su cuerda para terminar con su vida, Dios le había regalado una segunda oportunidad.


Recuperando lo perdido

El estruendo en la casa ha sido muy fuerte, Ernesto sabe que el ruido ha venido de la habitación de Silvia, sube las escaleras de manera apresurada y entre una nube de polvo alcanza a distinguir a su hija con una soga en el cuello, tenía la cara pálida, ojos irritados, ojeras pronunciadas, su cabello desarreglado cubriendo parcialmente su ojo izquierdo, sus labios morados y entreabiertos; ella al verlo levanta su mano derecha aclamando ayuda, Ernesto siente que un frio recorre todo su cuerpo, su piel se ha escaramuceado, sabe que ya visto esta escena, pero la última vez no pudo hacer nada y perdió a su amada esposa, corre a abrazar a su hija y le quita la soga del cuello, empieza a llorar, entendió que esa noche no fue la noche en la que perdió a su esposa, sino la noche en la que su esposa dio la vida por entregar un nuevo amor a su esposo, pide perdón a Dios, promete cambiar y recuperar a su familia, llora con su hija en el piso, le pide perdón, por fin entendió que Zara nunca se fue, siempre estuvo con él en su corazón representada por sus hijos.
Edwinespinel16 de marzo de 2021

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