Ésta noche resulta, tan ostensible para decir adiós. pero el corazón es emoción
y la mente cobarde. No creo que está noche sea, el turno de despedir a mi cuerpo frente al armario, que tanto espacio usa entre mi cuarto, así como lo es mi ser en el andén.
Lleno de ropa vieja y de humedad, así como el armario; mi alma representa el resultado del solitario, del macho beta, del pusilánime y del taciturno. Solo lleno de cajones vacíos
y de telarañas. un armario inútil listo para leña.
Esta noche resulta; tan famélicamente desgreñada, que no logro ver lo hermoso de la vida. solo recuerdo siempre, las ausencias que poseo, o como lo flaco que estoy, o mis dientes amarillos, y quizás el no tener un amor que estuviera aquí conmigo intentando no hacer que me mate, de tanta tristeza y el desdén de procrastinar.
El frío de esta noche, tal vez no la vuelva a sentir. quizás mañana sea el día que tanto espero. El día en que el cobarde por fin triunfe, y que su recompensa sea el hecho de huirle a la vida.
