Furtiva la mirada,
prohibido el beso,
enredado en tu pecho
de tu belleza alada,
encontré tu dulzura
y lei tus cartas,
encontré mi ventura
y perdí la calma.
Mi sangre te llama
desgarrada la voz
y junto a su calor
ella ya te ama.
Y tras la penumbra,
que el secreto guarda
como en una tumba,
mia es ya tu alma.
Tu poema refleja una intensidad que te aproxima al extremo. Me gustan los poemas intimistas, los versos que se mueven como los frutos colgando de los árboles. Un saludo.