El Centro Comercial había quedado en penumbra tras el primer día de Rebajas y Loli limpiaba ya los amplios pasillos, más sucios que de costumbre, mirando atentamente al suelo, porque de cuando en cuando encontraba alguna moneda, incluso algún billete de algún despistado, que le alegraban la noche. Al acercarse a una de las papeleras fue cuando sucedió: no lo vio enseguida pero ya de lejos le pareció que había algo extraño en el suelo. Era una impecable moneda de dos euros, pero cuando se acercó a recogerla, sorprendida vio cómo una espaciada fila de monedas brillaban como las estrellas de la Vía láctea indicándole el camino. Alegre y a la vez sorprendida comenzó a recogerlas una tras otra y mientras las iba contando
de repente oyó, al otro lado de la siguiente esquina, como varias monedas más caían tintineantes al suelo. Asustada e intrigada corrió pero al asomarse todo seguía en penumbra y en soledad, continuó recogiendo y contando monedas hasta llegar a la ultima que quedaba justo frente al escaparate de una tienda de moda donde se lucia una esbelta maniquí con un vestido fascinante, precisamente aquel que todas las noches miraba y del que se había enamorado. Su precio, reducido al 50 % ¡coincidía exactamente con el dinero que había recogido del suelo! Al darse cuenta un escalofrío recorrió su espalda y su corazón comenzó a palpitar desenfrenado.
De repente, el potente foco que apuntaba al maniquí se encendió iluminándolo al tiempo que la figura con aquel vestido comenzaba a moverse. Loli dio un saltó hacia atrás al tiempo que dio un tremendo grito. El resto de luces de la tienda se encendió y de detrás del mostrador aparecieron sus compañeras de trabajado gritando: ¡Feliz cumpleaños!
jajaja Muy bueno!
Bienvenido. Te voy a seguir leyendo.