Brillaba el cielo cuan nunca jamás,
los claveles se postraban ante ella;
ante la mujer más hermosa y bella,
que existió, existe y existirá jamás.
Entre las hermosas ella es la más,
entre las bellas ella es la más bella;
el dÃa en que vi tan hermosa doncella,
supe que no tendrÃa que buscar más.
Y no dude en decirle: “niña hermosa”,
en decirle:”tú me gustas, preciosa”…
en regalarle un tonel de piropos.
No dude en mostrarle que me gustaba,
y no dude en decirle que la amabaÂ…
en regalarle un tonel de piropos.
La enamoraste con tus galanterias y piropos.
Un bonito soneto .
Un beso.