Y a todo aquel
que se detiene a pesquisarle un momento,
el niño pregunta:
_¿que va a llevar?
_¿que vendes?
_vendo sufrimiento
(y se pone a llorar,
¿y el pesquison?
Se termina por marchar).
Una pequeña cajita para guardarse las torturas...
Que la vida le sonrÃa a todos los Juan Andreses del mundo, Elframoso, como tú le has sonreÃdo tierno con este poema.
Un abrazo fuerte para ti!!!
Tiernamente y delicadamente sus palabras y la brutalidad de los seres agenos a los cuales les importa un bledo que un inocente niño sufra, Solo Dios es el que juzgara al final, el futuro refleja en esos niños aquel gesto que marco como una cicatriz tal desconsuelo. Me gusto leerte y pensar en ello. gracias