Os voy a contar una historia,
que acaeció en el año no me acuerdo;
os contaré lo que se venga a mi memoria.
Cierto es
aunque no parezca cuerdo.
Trata de La Princesa Francisca
(hija del, en sus días, más grande emperador),
quien además de sorda era bizca,
pero soñaba con algún día encontrar el amor
Cierto día, desde su balcón
observó una caravana, que llegaba al palacio,
y del carruaje vio bajar a un bombón.
¡Oh, por Dios, pero si es El Príncipe Bonifacio!
─ ¿A que viene, tía, ese papacito?
─ A pedir tu mano, hija mía
─ ¡Tía, yo tan fea y el tan bonito!
─ No te preocupes, ya lo sabe mi niña.
─ ¡Si aceptó casarse conmigo,
seguro es por mis bienes!
─ No hija, él no se casaría contigo
lo conozco, no lo haría sólo por los bienes que tienes.
Hablando estaban
cuando El Príncipe Bonifacio llego a la habitación
¿Me esperaban?
a la Francisca le latía a mil por hora el corazón.
Traigo algo escrito que quiero leerte,
díjole El Príncipe Bonifacio,
traeré una silla, dijo la tía, pare verle
ándale, léelo, hazlo despacio.
Desde mi tierra he venido,
para encontrarme contigo;
y hoy que te he conocido,
quiero ser tu marido.
Pero antes decirte quiero,
que me pareces la más bella
si no me aceptas me muero
eres la más brillante estrella.
¡Oh, Francisca, mi amada,
pareces rosa
perfumada,
eres la más hermosa
y la francisca, anonadada
le pregunto que era eso,
que eran esas palabras que la pusieron helada
y la emocionaron en exceso.
A decirle iba, Bonifacio, que no sabia,
cuando de la silla cae la tía
Bonifacio grita, pobre tía,
y la sorda de Francisca oye poesía
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Me encantaría que me señalaran los errores (más que todo ortográficos)
