Ya no siento nada, pueden pellizcarme hasta que me hagan sangrar, darme tortazos hasta que mi mejilla muestre el color de la vergüenza o la timidez, pueden intentar herirme con palabras afiladas como cuchillos o romperme en pedazos con vacíos infinitos; lo único que una vez me importó es lo que ahora me hace daño, el despertar de un corazón de piedra tuvo su recompensa pero ahora llora en silencio, en un silencio tan vacío que no tienen cabida palabras, tortazos, pellizcos, heridas, sangre ni tan siquiera vida
cada latido se fue con él; presos se encuentran ahora cada uno de los momentos que me dieron la vida, cada sonrisa y cada atardecer en su mirada, sensaciones de un mundo paralelo ahora muerto
Y es que ya no siento el calor del sol en mi cara, mi piel no reacciona ante el frío ni ante el calor, mis pupilas intentan dejar pasar la luz pero cuesta
después de tanto tiempo sumidas en la belleza de un mundo perfecto a su lado se niegan a ver el lugar en el que ahora viven; ruinas de una magnifica civilización con un futuro prometedor, odio y destrucción, llanto y sobre todo oscuridad e incertidumbre. Queridas pupilas orientadas hacia el pasado que se preguntan ¿qué pasó con nosotros?¿moriremos así sin luchar?, tan solo quieren ver la respuesta y dejarán pasar la luz cuando sea ese el camino que iluminen, el camino hacia él.
