Las hermosas notas del piano acompañaban su aleteo. Surcando los cielos se hayaba, y tras cada respiración su corazón latía, rompiéndose poco a poco en el descenso. Cuántas veces deseó no ser capaz de sentir si el viento la sostenía o la dejaba caer, cuántas veces deseó que la lluvia pudiera definitivamente con ella. Que le quitara la esperanza que con recelo y angustia cobijaba bajo sus blancas plumas. Símbolo de pureza corrompida, sueño de un soñador sin sueños, aire para el que no respira... Cual corazón que no late y sangre que no fluye. Sus lagrimas resbalaban tras cada corriente de sentimientos aguardando el fin o el comienzo. La respuesta a la pregunta. La oscuridad ente la ausencia de luz.
Viento del este, frío y seco, cuya esencia verde la destrozó, dime, ¿Volverá a volar o a marchitarse cual pequeña flor?