Frío árbol de luz cenicienta
que te hallas de todo aislado,
ves el amor corriendo desnudo
lejos de tus ramas cansadas.
Tu mirada triste perdida;
tu voz, melancolía desoladora;
tus hojas son dientes de león;
tu amor, despreciado otra vez.
Buscas cariño y no lo encuentras;
buscas que todos te entiendan,
pero te pierdes en la vergüenza y
te ahogas en el orgullo.
Nadie te abraza, nadie te besa;
todos te buscan, todos te encuentran;
nadie te conoce, todos te observan;
¡árbol, soledad que te aqueja!