Tuerqui y Tornillín son dos pequeños robots muy,pero muy simpáticos.Tuerqui tiene la cabeza redonda como sol, ojos color frutilla y una antena rizada como un rulo; su cuerpo es igual a la de una tuerca grande;por eso, su amigo Tornillín lo llama "Pancita Hueca". Como fue programado para hacer limpieza, le pusieron varios bracitos; uno para pinchar y levantar papeles del piso, otro para pasar manejar el escobillón; otro para pasar el plumero y otro mas para pasar la franela.
Tornillín, en cambio, está lleno de resortes, alarmas y botoncitos.
Él fue programado para realizar tareas muy diversas; tiene sólo 3 bracitos articulados ; con ellos puede cambiar lámparas quemadas, arreglar muebles y hacer un sinfín de cosas más.
Ambos viven en la vidriera de una casa que vende artículos para el hogar; está justo enfrente de una plaza. Desde allí, todos los días, miran con entusiasmo como los chicos se divierten corriendo, trepándose a los juegos o andando en calesita.
Muchas veces., esos chicos se acercan curiosos para observarlos. Entonces Tuerqui yTornillín se ponen muy contentos. Pero ni bien los pequeños se marchan, comienzan a suspirar:
- !Ah, si pudiéramos ir con ellos" se lamenta Tornillín.
-"!Lo mismo pienso yo!" comenta con su aflautada voz Tuerqui...
-"!No sería genial jugar con los chicos en la plaza?"
-"Y....este... y si un día nos escapamos por un rato, aunque sea?"
-"Y... porque no ahora? Total, si es por un rato el vendedor no se dará cuenta....
Dicho y hecho:los dos amigos tomados de la mano corrieron a la plaza.
Los niños se sorprendieron mucho al verlos; pero como ya los conocían, no se asustaron. Poco a poco se fueron acercando hasta casi ... tocarlos! Tuerqui y Tornillín reían felices, y sus cuerpitos brillaban mas que nunca.
Lucían tan relucientes que uno de los chicos exclamó: "Tienen brillo de plata, como la luna llena!"
-!"sí, somos metálicos de c abeza a pies! No tenemos piezas d eplástico!
Luego se pusieron a jugar todos juntos, y como enganchadas de las alas de hermosas mariposas, las horas pasaron volando.
Hasta que de pronto una voz áspera interrumpió el juego:
!"Por fin los encuentro!" grito enojado el dueño de la tienda y dirigiéndose a los chicos les dijo: "¿Así que son Uds. los que se robaron mis robots?"
Los chicos no alcanzaron ni a abrir la boca, y el comerciante tomó a los robots por las antenas y ahí mismo se los llevó.
Y aunque todo pasó muy rápidamente los chicos pudieron ver que de los ojos de Tuerquí caían dos espesas lágrimas, y que Tornillín estiraba sus deditos de metal saludándolos.
Los niños también se pusieron muy tristes y estaban convencidos que esos robots no eran simples "máquinas" como les había dicho aquel señor; POr eso prometieron buscar una solución; y esa noche comentaron en sus casas lo acaecido.
Al día siguiente, los chicos ,los papás y el guardíán de la plaza convencieron al comerciante de que donara a los robots para ayudar al mantenimeitno de la plaza.
Desde ese momento, los dos viven en la casa del guardián. Y ahora es común ver a Tuerqui juntando las hojas del parque que caen de los árboles o limpiando la fuente donde los chicos ponen sus barquitos a navegar.
Y ver a Tornillín que anda arreglando la calesita o cambiando los focos quemados de los faroles del parque.
Pero lo mejor de todo, es que los dos juegan con sus amigos, los niños.
(1987)