TusTextos

Al Mirarte...

Llevábamos tanto sin encontrarnos cara a cara, sin saber nada el uno del otro, tanto sin hablar, que ya me estaba acostumbrando a tenerte fuera de mi vida. Claro, era normal, tu ya tienes una nueva vida y en cambio yo no tengo nada por lo que luchar. Curioso, me perdiste tu a mi y mira como hemos acabado. Nunca me ha fallado mi instinto y mucho menos contigo, y sabía que esa noche te vería. Lo sabía, y no me equivoqué. Aunque nunca lo digo, estoy mucho mejor sin ti, me quitaste un peso de encima, aunque eso no quiera decir que no te haya amado lo suficiente como para morir por ti. Giré la cabeza, y te vi, a unos metros pero a mil kilómetros de tu corazón. Estabas tan distante... Te miré, detenidamente y de una manera fija, no me dio vergüenza ninguna mirarte así, porque ya no tenías que esconderme nada, yo sé lo que tu eres, en ese momento no me daba miedo tu parte mala ni quería enamorarme de nuevo de tu mínima parte buena. Solo necesitaba mirarte, como antes. Raro. Ya no sentía amor, ni dolor, ni ninguno de esos sentimientos que se tienen al tener enfrente al hombre con el que has compartido casi toda tu vida. Ya no sentía eso, y me asombré. Me has convertido en una mujer fuerte, y te lo agradezco, porque ya puedo enfrentarme al peor de mis miedos, que eras TÚ. Al mirarte sentía diversión, morbo. Sabía que estaba prohibido mirarte, estabas al lado de ella. Pero en ese momento me importaba una mierda. Sabías que me daba igual quien estuviese delante. Era como un juego. Te diste cuenta que en mis ojos azules, los que hace unos meses te miraban mientras dormías, ya no eran los mismos, que ya no te quería. Sabías que lo había superado. Sonreíste. Perdona que te diga, que aunque yo haya cambiado, tu sigues siendo el mismo niño chico pero besando a otra. Quité la sonrisa, levanté la mano derecha y mirándote fijamente a los ojos con el dedo indice me hice una cruz en el corazón. Te quedaste inmóvil, y recordaste todo lo nuestro, cada beso, cada lagrima, cada suspiro... Nos pusimos serios, todavía notábamos el ardor de esa cruz en nuestro pecho, esa cruz. Nuestra cruz. Dejé de mirarte, y ahí supe que nuestros caminos nunca mas se iban a unir, que ya aunque queramos no podemos querernos de esa manera tan intensa. Ya no podemos ser uno solo, y lo sabemos.
Estrella270326 de julio de 2011

Más de Estrella2703

Chat