Cristo "prisionero" de Los
Cristianos
Quien haya tenido la maravillosa experiencia de leer, sin que nadie lo asesore, el evangelio de San Juan, en la biblia, podrá notar claramente la diferencia abismal entre el Cristo auténtico y aquel otro, que la mayoría de los cristianos proclama, y que se parece más a los prejuicios de nuestros días, que a la eternidad hecha tiempo, en su tiempo concreto, por Jesús de Nazareth, el Cristo.-
Si se pasea por San Marcos, San Lucas, San Mateo, confirmará claramente, el lector libre, que de muy pocos personajes se ha mentido tanto y tan diametralmente opuesto al verdadero, como, paradójicamente de quien sería El Verdadero.-
El supuesto Jesucristo, que usurpa el lugar de Jesús el único, ha sido históricamente la bandera visible de una crueldad invisibilizada. La escaramuza perfecta para encubrir monarquías absolutistas, odio a los judíos, odio a los musulmanes, cruzadas, exterminio de los pueblos originarios de América, inquisición, dictaduras, capitalismo, censuras, justificación teórica de los derechos humanos pero desconocimiento de los mismos en situaciones concretas y prácticas.- Para ser más actuales, homofobias, discriminaciones a los ex esposos divorciados, y la lista, puede seguir
lamentablemente, pero no es ésta una enumeración taxativa, y no quiero cansar a quienes lean, que posiblemente, conozcan en carne propia algunas de estas, por hoy, sutiles y lacerantes discriminaciones.-
La interrogación que me mueve es
¿por qué los cristianos hemos desfigurado histórica y actualmente el mensaje de Jesús, el Cristo? o dicho de otro modo, ¿por qué hemos creado un Jesús falso que es estrepitosamente contradictorio con el real? o si se quiere
¿ por qué nuestra praxis cristiana está aliada a los factores reales de poder opresivos y de ningún modo a la liberación por la que Jesús luchó?
No estoy en estos momentos capacitado para responder estas preguntas. Ello de ningún modo invalida que considero legítimas las interrogaciones y es más, me parece de vital importancia
intentar una reflexión a modo de posible respuesta.-
Hemos atesorado la revelación cristiana como una teoría, rica y bella en sí misma, pero al mismo tiempo la hemos practicado de un modo cruel, inhumano y del modo exactamente opuesto a lo que la teoría
finalmente en lugar de revelar, esconde.-
Al Verbo, por variadas razones, no lo hemos conjugado con la vida nuestra de cada día.
A la Luz, la hemos convertido en rito oscuro, que lejos de iluminar, ciega y encandila.
A la Sal, la comemos entera, sin sazonar con ella nuestro alimento diario, los actos concretos, las relaciones interpersonales, en definitiva, a Dios lo hemos, contrariamente al mensaje cristiano, desencarnado del mundo.-
Yo no tengo respuestas, pero me alientan las preguntas. Personalmente, estoy indagando en la Teología de la Liberación. Sin entrar en sus aspectos medulares, institucionalmente siento el alivio de saber que la misma, por lo menos, está mal vista en Roma.- Eso me ayuda a intentar verla bien, con mis propios ojos, no con los de quienes están fuertemente aliados a los poderes de turno. Los teólogos de la liberación, además, en completa oposición a los jerarcas, no renuncian a ser católicos, es decir, universales. Es por lo menos, un buen signo, para avanzar en su estudio y comprensión.
Si alguien tiene ideas distintas, bienvenido que las comparta. Saludos.