Y todo indica que moriré como un cóndor,
pero sin estrenar el cielo,
o como una rata,
sin haber roído el queso.
en algún rincón del cementerio
se hará podredumbre y luego cenizas
aquello que fui yo, mi cuerpo.
¿alguien mira en la cornisa, si alguna vez morirá la muerte,
si alguna vez, sobrevivirá la vida?
que me preste sus ojos
más allá de la gata negra que se mueve contenta bajo la luna.
otra cosa,
no veo
en esta noche, bajó la luna, noche llena.