Hubiera querido ser otro
el que bebe la fuente del silencio
y atraviesa indemne
el desierto de la palabra
Pero en este mundo de otredad
ser otro, también, es ser lo mismo.
Yo fui aquel que no creyó en Dios
hasta que Dios, creyó en mi.
Y lo hizo antes
que yo naciera, mucho antes, de mi primer no.
Es muy bueno fabio, yo soy un ateo converso sobre todo despues de tener hijos y pasar los 30 .
saludos