Guau la Soledad Del Escritor
16 de septiembre de 2011
por fabio
Había una ciudad desnuda de pueblo. Casas blancas limpias, sin nadie que las habite. En toda la ciudad había sólo un perro, se alimentaba de pájaros cuando podía cazarlos al elevarse del suelo. Un día el perro sintió hambre pero no de alimento. Quiso un cariño sobre su lomo, una voz humana que lo llamase, hasta un reto
o la patada de algún humano enojado. Cualquier cosa que fuese humana
sobre su cuerpo abandonado. En vano agotó las calles con sus esquinas, todas desoladas. En vano se acercó a las puertas, en vano miró por las ventanas. El perro estaba solo de soledad absoluta, vacío de palabras, con sus orejas sin captar nada. Entonces el perro sintió deseos indomables de llorar, pero
antes de hacerlo prefirió, escribir este texto.
Fabio:
Este texto me ha encantado. No hay que llorar es mejor caminar o respirar.
Un gusto leerte.
Serge.