Yo me hundo en tu abismo, que es mi modo de volar.
¿por qué la rosa negra, floreció en mi jardín sin dueños?
y ¿hasta cuándo tanto silencio, cegará la poesía?
vamos no te arrepientas de intentarlo de nuevo.
Aunque no lo sepas, te diré la verdad: estás vivo
Ya la niña abrirá el ojo, a la luz de quien entienda.
Ya el vocablo teñirá la hoja blanca.
Ya volverás. Lo sé.
Fabio:
No sé quién será ese poeta; pero yo también lo exhorto a volver para aprender de él.
Escucha la petición de este humilde aprendiz llamado serge.
Si volverá, Fabio, es cuestión de esperar.