Para ponerle nombre a tus silencios
quería escribir el poema perfecto,
y desentrañar este amor que se evade.
Queria hablar de tu alma,
de su toque ultramarino y su delicadeza en sombras,
pero apenas pude decir
que extraño tu cuerpo,
terrícola y luminoso.
Ahora,
escribo un poema como vos,
un poema como yo,
soberanamente imperfecto,
como este que hoy
estoy pariendo.