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Sin Voz Ni Voto, Pero Con Toda El Alma.

El Papa ha renunciado. No tengo, como la inmensa mayoría de los católicos, ni voz ni voto en el próximo cónclave. Eso no me importa. Lo mismo, yo quiero votar: Voto con toda el alma por el Cardenal Joao Braz de Aviz, cardenal brasilero.- Insisto en mi voto aún cuando la elección la gane Ángelo Scola. salud!
Fabio12 de febrero de 2013

3 Comentarios

  • Fabio

    Quiero un Papa que sepa escuchar, antes de hablar.
    Quiero un Papa que sepa sonreír, y lo haga, de todo corazón.
    Quiero un Papa que sepa poner primero a Dios y a su imagen, la persona humana.
    Quiero un Papa… así... parecido al Cardenal Joao Braz de Aviz… voto por Él.

    12/02/13 01:02

  • Fabio

    Amor kenótico

    No es fácil saber qué es el Amor. Nosotros experimentamos el amor en el corazón del hombre y de la mujer, en la historia humana, pero en Dios, ¿qué cosa es el amor? Para ello hay que observar lo que hace Dios cuando su Hijo viene para el misterio de la salvación. El Hijo tomó una ruta muy difícil de entender. Dios es todo, pero cuando viene a nosotros se hace pequeño para encontrarse con el hombre y la mujer. ¿De qué otro modo entender Belén? Ninguno sabía que en Belén había nacido Dios, hijo de María y de José. Los pastores, los ángeles, los magos, un puñado solamente ¿Qué es este Dios que se abaja, que va a la cruz? La cruz es justo lo contrario a lo que es Dios. Dios es santo, la cruz es pecado. Dios es eterno, la cruz es muerte. Dios es belleza, la cruz es fealdad. Entonces, ¿por qué este camino? En cierta población indígena, el padre se coloca siempre en cuclillas para hablar con sus hijos en el encuentro de las miradas. Esta es la actitud de Dios: colocarse a nuestro nivel. Tenemos que asumir más decididamente el camino de esta kénosis, que es la esencia del amor. El amor no se impone, se da. Parece una debilidad, pero es una fuerza. Nos introduce en la problemática, pero para transformarla.

    Debemos pensar que en el caso del Hijo de Dios hay una manera de actuar extrema. No se podía ir más allá de aquello que El hizo. Debemos detenernos en el momento previo a la muerte de Jesús. Jesús está en relación íntima con su Padre, pero no entiende más a su Padre porque asumió nuestra situación hasta la contradicción. Como si por estar de nuestra parte perdiera al centro de su vida, su Padre, humanamente hablando. “Dios mío, Dios mío por qué me has abandonado” (Mc 15,34). Grito de soledad. Grito sin respuesta humana. Grito dificilísimo. Y el Padre no responde. Pero Jesús permanece fiel: “en tus manos, Padre, entrego mi espíritu” (Lc 23,46), mi vida. Entonces podemos hoy decir que en el misterio de la cruz, en el misterio pascual hay un testimonio de Dios para nosotros tan grande, que es capaz de llegar a este límite del amor. Si queremos amar como Dios ama tenemos que llegar a estar lo más cerca posible de Jesús.

    Todo esto es fundamental, más aún hoy cuando la Iglesia se siente llamada a abrirse 360 grados en todas las direcciones: hacia dentro, hacia el ecumenismo, hacia el diálogo interreligioso, hacia las personas que no tienen fe. Dialogar sin juzgar, evangelizar sin imponer. Tenemos que adquirir este equilibrio. Hay que dar testimonio del amor kenótico al mundo hasta que el otro pueda decir “esto es lo que yo procuro”. Pero para ello tenemos que desprendernos de todo aquello que no transparenta el Evangelio y recibir todo el valor que proviene de él. Si no tenemos madurez humana, si nos pesan las carencias, si nuestra propia historia nos hace daño, no podremos transparentar al Dios amor. Necesitamos trabajarlo fuertemente. Llegar a amar con este timbre es uno de los puntos que tenemos que adquirir en la vida religiosa y consagrada: que dondequiera que estén sean respetados por esta manera de ser, de vivir.

    12/02/13 03:02

  • Fabio

    El posteo anterior pertenece al cardenal Brasilero... Joao Braz de Aviz...

    12/02/13 03:02

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